lunes, 29 de marzo de 2010

A la rica pasta de aceitunas...

Para comenzar vamos a hacer un tapenade muy sencillo.

El tapenade es una pasta de aceitunas, frecuentemente negras, que se combina con condimentos y un poco de aceite para adquirir una consistencia cremosa.

Lo bueno de esta receta es que podemos prepararlo rápidamente y sin muchos ingredientes y puede servir de acompañamiento para numerosos platos o servirse como aperitivo.

Es ideal para quedar bien en cualquier reunión de amigos o comida y presumir de experto cocinero con poco esfuerzo y sin posibilidades de error.


1. Receta.

El tapenade tradicional se elabora con aceitunas, alcaparras, anchoas, tomillo, romero, ajo y aceite de oliva.

El nuestro, sin embargo, es un tapenade de estar por casa, un tapenade para no iniciados, por lo que lleva menos ingredientes y es mucho más sencillo de elaborar.

Para conseguir el equivalente a un cuenco mediano, los ingredientes serían:

- Una lata de aceitunas negras sin hueso: vale cualquier lata de aceitunas, siempre que no estén aliñadas de ninguna manera ni en salmuera. Vamos, que estén simplemente deshuesadas.

- Una lata de aceitunas manzanilla verdes sin hueso: en España las aceitunas verdes que vienen en lata suelen ser con anchoas, mientras que las aceitunas deshuesadas sin relleno suelen venir en bolsitas con menor cantidad que las latas. Lo importante es que el peso de aceitunas negras y verdes sea lo más parecido posible.

- Aceite: ¿cuánto? Poco, un chorrito. ¿Qué lo de un chorrito no lo veis? Unas tres cucharadas de sopa.

- Sal: una pizca. O un pellizco. O dos golpes de salero.


Los condimentos pueden ponerse en la proporción que más agrade al consumidor, se puede añadir pimienta y zumo de limón, se pueden cambiar las aceitunas verdes sin hueso por las rellenas de anchoa…todas las combinaciones que queráis imaginar. Cada una de ellas le dará un toque diferente a vuestra tapenade, así que lanzaos a la investigación hasta encontrar la que más os guste.

¿Y cómo se hace?

Ya veréis qué fácil. Primero se quita el líquido de las latas o bolsas de aceitunas. Las aceitunas así escurridas se colocan en el recipiente de la batidora. Se añade la sal y el aceite y se bate todo y…¡ya está!

Se puede dejar con la consistencia de una crema suave o con algunos tropezones (tipo pasta), como más os guste. Personalmente a mí me gusta más tipo pasta, que es más parecida a la original, que se hacía machacando los ingredientes en un mortero.

En total podéis haber empleado unos diez-quince minutos. Si queréis hacer el acompañamiento de tomates que aparece en el apartado “Usos”, tardaréis otros quince minutos más, a lo que habría que añadir el tiempo que pase en la nevera el acompañamiento y el tiempo que se saca para que no esté excesivamente frío, tenedlo en cuenta.

2. Historia.

Aunque erróneamente se asocia a Italia, su origen se encuentra en la zona sur de Francia. Es un condimento típico provenzal cuyo nombre proviene del dialecto que denomina a las alcaparras como: tapéno (recordad que el tapenade original lleva alcaparras, que no aparecen en nuestra receta, que es una fácil para desesperados, no la de gourmet de restaurante francés).

Aunque el tapenade es muy antiguo (pastas de aceitunas se han venido haciendo desde los tiempos de los griegos), el que actualmente se elabora se dice que fue inventado hace algo más de 100 años por el chef de la Maison Dorée en Marsella.

3. Usos.

Es ideal para picar mientras compartes un trago con amigos. Untado en tostadas de melba (se compran en cualquier supermercado) o en rebanadas de pan tostadas (mejor si se frotan con un ajo antes de tostarlas) está delicioso y es un buen aperitivo en cualquier fiesta o reunión.

Cuando lo pongo como aperitivo, yo lo acompaño con una mezcla de tomate. Para hacer esta mezcla, se cogen tomates cherry y se cortan en ocho trozos cada uno. Una vez tenemos cortados los tomates, echamos un poco de sal y pimienta (al gusto de cada uno, depende de si os gustan los sabores fuertes o no) y metemos la mezcla al frigorífico durante aproximadamente una hora, para que suelten parte del jugo los tomates. Conviene sacar la mezcla del frigorífico una media hora antes de servirla, al igual que el tapenade, para que no estén muy fríos. Si se unta el tapenade en la tostada y se le echa encima un poquito de la mezcla de tomates está delicioso.

El tapenade también combina bien sobre un carpaccio de ternera, con mozzarella y tomate, con aguacate, con queso manchego, con berenjenas y queso de cabra e incluso con un plato de pasta.

Asimismo, puede servir como aderezo si lo usamos para salsear pastas, verduras o carnes. Mucha gente lo usa para alegrar pescados azules (entre salsa y guarnición) o sobre unas rodajas de patata asada.

Sus usos primitivos eran acompañar verduras crudas, aunque también se servía con huevos duros, mezclado con la yema.

4. Curiosidades.

El tapenade tiene un alto contenido calórico por su elevada cantidad de grasas. Sin embargo, no hay que preocuparse, ya que éstas son sólo grasas saludables, principalmente ácido oléico, un gran aliado de la salud que previene las enfermedades cardiovasculares.

5. Conservación.

Si os sobra un poco, podéis guardarlo unos días (hasta 10 días aguanta) en un tarro con un chorrito de aceite de oliva, bien cerrado y en la nevera.


Si no lo habéis cerrado bien y se ha quedado un poco seco, lo único que tenéis que hacer es echar otro chorrito de aceite y volverlo a batir.



jueves, 25 de marzo de 2010

Antes de sacar el cuchillo...¡¡cómprelo!!

¿Cómo armar una cocina?

Lo mínimo que se necesita

PARA COCINAR

- Dos buenos cuchillos para cortar: uno grande y otro pequeño.

- Un cuchillo para el pan (de esos que tienen dientes).

- Una tabla para cortar.

- Un abrelatas.

- Un pelapapas/pelapatatas.

- Una olla mediana y otra olla grande.

- Una sartén.

- Una cacerola.

- Un horno.

- Dos discos de gas o vitrocerámica o cualquier otro tipo de fuego.

- Un molde para tartas.

- Varias cucharas de madera.

- Una batidora.

- Un vaso medidor.


PARA LA MESA


- Cubiertos (al menos cuatro juegos de tenedor, cuchillo, cuchara de sopa y cucharilla de postre).

- Platos de sopa.

- Platos llanos grandes.

- Platos llanos pequeños.

- Vasos.

- Copas.

- Servilletas.


PARA LIMPIAR DESPUÉS DEL DESTROZO


- Toallas de papel, limpiones o papel de cocina (depende de la latitud desde la que nos leas).

- Esponja / estropajo.

- Bolsas de basura.



Algunos consejos y contraconsejos:

Consejo de Montse: en Washington D.C. descubrí que sale muy barato comprar la vajilla en los mercados chinos y, si hay una buena selección, algunos de los platos que se consiguen tienen un no despreciable estilo minimalista a un precio… bueno, de mercado chino.

Contraconsejo de Cris: lo que nunca se debe comprar en los chinos son esos moldes para tartas que tienen un enganche para hacer la parte redonda más grande y desmoldar más fácilmente (moldes desmoldables). Acabarás con el enganche roto y teniendo que hacer maniobras imposibles para seguir usando el molde hasta que compres uno bueno...

Consejo de Cris: aunque son un pequeño gasto adicional y no son ni mucho menos imprescindibles ni básicas, las flores siempre alegran la comida. Un par de flores en un pequeño florero en el centro de la mesa pueden convertir una triste cena en soledad en un motivo para sonreír o pueden hacer que un menú no muy agraciado sea bienvenido incluso antes de llegar a la mesa. En Inglaterra descubrí que muchos pequeños ramos se pueden conseguir por muy poco dinero y metidos en agua con media aspirina pueden durar hasta una semana completa.

La lista del supermercado

No crea en la memoria. Haga una lista. Se va a ahorrar mucho dinero (sobretodo si vive fuera del país). Además, vaya sin hambre, después de comer, así tendrá menos antojos.

Si vives fuera del país y estás sujeto a un presupuesto de estudiante o de becario no pagado, aprovecha los lunes o los domingos por la noche o averigua cuándo el supermercado cambia la mercadería y ve el día antes (bajan los precios a niveles que pueden terminar siendo ahorros considerables). Tira de ofertas: dos por uno, tres por dos…ya se verá que platos se pueden preparar con esos ingredientes.

Ir a supermercados étnicos puede ser una experiencia magnífica. Los mercados chinos abren un sinfín de posibilidades. Si se vive fuera, son toda una aventura y permiten ahorrar. El arroz siempre será más barato en un supermercado oriental, por ejemplo. (Montse: En una de esas excursiones, encontré chayotes en el centro de Londres. También encontré tamarindo en una tienda india al Sureste de Inglaterra). Así que explora los supermercado orientales, indios, africanos o los mercaditos latinos y los de otras culturas en tu propia tierra...o en otra.

Lista básica de supermercado para sobrevivir:

Con estos básicos ingredientes se puede preparar un menú completo de desayuno, comida y cena, sin mucho esfuerzo y sin sobrecalentar los fogones…ni la paciencia.


Sal.

Pimienta.

Aceite.

Vinagre (de Jerez, de Módena, de manzana…).

Orégano.

Tomates.

Cebolla.

Enlatados (atún, sardinas, espárragos).

Ajo.

Spaghetti.

Arroz.

Legumbres (judías, garbanzos, lentejas).

Harina.

Azúcar.

Levadura.

Huevos.

Carne.

Pescado.



¿Cómo lavar los platos?
Use guantes. No es por un asunto de vanidad únicamente, sino y sobretodo que permiten utilizar agua más caliente sin quemarse. El agua caliente ayuda a desinfectar.

Mire bien si están bien lavados. No hay nada más desagradable que sacar de la alacena un plato que se creía limpio pero que tiene un resto de comida. Siempre hay que revisar la parte de abajo del plato.

Deje para el final los platos que tengan residuos de huevo, o alimentos de olores muy fuertes. Si no, la esponja va a absorber esos olores y los va a distribuir por el resto de los platos. Es muy desagradable tomar agua de un vaso que huele a huevo.

Los cacharros de cocina que hayan quedado impregnados de aceite es mejor dejarlos para hacer una doble sesión: al final de la vida del jabón y al inicio. Cuando ya casi no queda jabón en el estropajo es el momento de enjabonar un poco todos esos platos y cacerolas con aceite. Eso eliminará la mayoría del aceite y de los residuos. Luego, al volver a poner jabón de nuevo, se vuelven a limpiar eliminando completamente la pátina aceitosa que se queda invisible al fondo de la olla en cuestión.

Hierva las esponjas. Las esponjas no solo distribuyen los olores, sino también las bacterias. Pero no hace falta usar una nueva cada día. Hiérvalas. O póngalas en agua en el microondas por unos minutos para limpiarlas.



Las reglas de oro en la cocina de un soltero, desesperado o expatriado

1. Paciencia. El saber a veces se consigue más esperando que echando sal.

2. El detalle. Como en todo lo importante, en el detalle, en lo más pequeño, está la diferencia entre el éxito o el desastre. Mucha sal o poca sal puede hacer una diferencia mayor que si se compró el corte adecuado de carne. El detalle importa siempre. Desde el tipo de cuchara, hasta cómo se sirve el plato. El detalle demuestra cariño. Y en la soledad, aunque dé pereza, es en el detalle donde en ocasiones nos demostramos un poco de amor propio.

3. Desarrollar el ojo y el paladar. Esto viene con la experiencia. Sí, sabemos lo que se siente cuando una receta termina la lista de ingredientes con: “sal y pimienta al gusto”… ¿al gusto de quién? Del suyo, cuando llegue a tenerlo. Por el momento, una pizquita. ¿Cuánto es una pizca? “Pellizque” la sal. Si es demasiada, o poca, ahí irá aprendiendo. Y la única manera de hacerlo, es experimentando.

4. Experimentar. Las recetas, por más que sean recetas, son guías. Atrévase a cambiar cosas. A ponerle un poco de picante, de tomillo, de achiote, de pimentón, de mostaza, etc. Si lo bueno de estar cocinando a solas es que nadie se va a dar cuenta. Atrévase.

5. Obligarse. Sí, llegar a casa, después del trabajo o del estudio y cocinar para uno solo es aburrido. Es muy fácil caer en la tentación de los alimentos preparados, de la comida china o la pizza a domicilio. Pero hay que obligarse. Al final del día, ese champú de cariño que es cocinarse algo de lo que uno tiene antojo sólo se lo da uno. Que la cocina sea una cita con usted mismo.

6. Invite a alguien a cocinar con usted. La mesa siempre ha sido un rito social. Y la cocina también. Si no tiene ganas de cocinar para usted solo, ¿por qué no toma el teléfono y llama alguien? ¿Que no sabe hacer nada? Bueno, para eso es este blog.


NOTA PARA NUESTROS SEGUIDORES


La semana que viene comenzaremos ya a colocar recetas en el blog. Nuestro compromiso: no colocar ninguna receta que no hayamos probado a hacer nosotras mismas, para poderos dar los consejos y trucos necesarios o evitaros los desastres típicos de los intentos frustrados. Nuestra intención (si el trabajo nos lo permite, claro) es colocar una o dos recetas a la semana. Como la mayoría de vosotros trabajáis igualmente y no tenéis tiempo hasta el fin de semana para cocinar, esperamos que este sea un buen ritmo que os ayude a poder probar por vosotros mismos las recetas que aquí se coloquen

Si queréis colaborar con alguna receta, podéis enviarla a nuestro correo electrónico cocina.desesperada@gmail.com indicando el nombre con el que queréis que aparezca (p.e. Montse o Marta Pérez o Costilla). Lo único que os pedimos es que respetéis la misma regla: no enviar nada que no hayáis probado a hacer vosotros mismos

Si alguno tiene curiosidad o antojo por alguna receta en particular, también puede solicitarla en nuestro correo. Si alguna de las dos la ha cocinado, la pondremos en las siguientes entradas. Y si no, probaremos a hacerla y la pondremos lo antes posible. Cuando se coloque, os enviaremos un correo electrónico para avisaros.

domingo, 21 de marzo de 2010

A las y los solteros, desesperados y expatriados

Este no es un blog para expertos. En primer lugar, porque no está escrito por expertas graduadas de una escuela culinaria. Este blog se basa en la experiencia adquirida –a veces trágicamente- a través de las lecciones más básicas y que se resumen en el refrán “echando a perder se aprende”.

Así que este blog está basado en una experiencia compartida de encontrarse en el supermercado, deambulando por los pasillos sin saber exactamente qué se necesita en una cocina y corriendo a buscar refugio en la sección de enlatados. ¡Terribles días! Pero también se basa en la experiencia de estar en un país extraño, con marcas extrañas, sin saber muy bien dónde encontrar aquello que ya se sabe se necesita (el orden de los pasillos de los supermercados es, además, un asunto que varía con las fronteras).

Este blog busca ser ayuda para lo más básico (sin exagerar): cómo armar una cocina, trucos, consejos y explicaciones de recetas básicas para sobrevivir cada día, con un poquito de gusto. Recetas para “sacar de apuros”, entre otros.

En el camino, hay consejos para expatriados. Sabemos lo que es estar fuera de donde se tiene enterrado el ombligo. Sabemos también lo poderoso que es el recuerdo de un sabor, de un olor, para regresarnos mentalmente a casa, aunque sea por unos segundos.

Como este blog surge de nuestra experiencia, y parte de nuestra experiencia ha sido vivir fuera del país, con personas de los países más diversos, tiene una fuerte carga de nuestra tierra (Costa Rica y España), pero también de aquellos países que hemos visitado y donde hemos vivido.

No se preocupe, cada receta ha sido probada por nosotras. Si nosotras lo logramos, créanos, cualquiera puede. (Cris: A Montse su mamá le decía que quemaba hasta el agua y la mía decía que tendría que enseñarme hasta a echar sal y pimienta)

En el camino irán unas reflexiones adicionales sobre ese estilo de vida para el que no hay lecciones y para el que nadie nos prepara, en el que uno se acompaña a uno mismo, por un buen rato… o en el que uno hace sufrir a otro con experimentos.

Cocinar puede ser una aventura, con símiles impresionantes de la vida. Así que si está leyendo esto a solas, adelante. Échese al agua… no muy caliente ni muy fría… y aunque lo esté, recuerde que echando a perder se aprende. Así que no le tema a equivocarse que, como verá, es imposible quemar el agua, aunque le digan lo contrario.