viernes, 18 de noviembre de 2011

Pollo con tomates secos, está tan rico que casi muero...



Esta semana toca salado, después de los ricos crepes de hace dos semanas. Os traigo así un pollo muy fácil de hacer pero muy sabroso: pollo al horno con tomates secos.



 

1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos para dos personas como plato único son:

- dos cuartos traseros de pollo separados (Nota: si no sabéis exactamente cómo pedir la carne o el pescado cuando vais a comprar, un buen truco es decirle al carnicero/pescadero cómo lo vais a hacer y pedirle que os lo prepare).

- una cebolla.

- tres dientes de ajo.

- ocho tomates secos.

- un tomate.

- un vaso de vino blanco.

- una cucharadita de perejil seco.

- tres cucharadas de aceite de oliva.

- un pellizco de sal.

- un pellizco de pimienta.


¿Y cómo se hace?

Ponemos a precalentar el horno a 200º arriba y abajo sin aire.

Lavamos el pollo para quitarle restos de sangre y otras impurezas. Lo secamos bien.

Ponemos el aceite en un cuenco y pintamos el pollo ayudándonos con una brocha (Nota: se puede hacer también con los dedos o con un papel untado en aceite, lo importante es que quede mojado para que lo que le pongamos luego encima se quede pegado, pero sin que gotee aceite). Lo salpimentamos (Nota: es decir, le echamos sal y pimienta por todos lados, pero con cuidado de no pasarnos, simplemente que coja un poco de sabor).

Ponemos el pollo en una fuente de horno y lo dejamos hornear bajando la temperatura a 180º durante aproximadamente diez o quince minutos. Le vamos dando la vuelta cada cinco minutos aproximadamente.

Mientras el pollo se va haciendo, pelamos y picamos muy finito (que casi no se vea) un diente de ajo y lo mezclamos con el aceite sobrante y con el perejil. Si vemos que falta aceite, añadimos más cucharadita a cucharadita.

Pasados los diez o quince minutos, sacamos el pollo del horno sin apagarlo (Nota: pero cerrando la puerta, que si no pierde temperatura) y lo pintamos con la brocha por todos lados con la mezcla de aceite, ajo y perejil. Volvemos a meter el pollo en el horno durante otros diez o quince minutos. Le vamos dando la vuelta cada cinco minutos.

Mientras el pollo vuelve al horno, picamos muy finita la cebolla, otro diente de ajo y todos los tomates. Sofreímos el ajo hasta que esté doradito. Añadimos la cebolla hasta que esté blanda y casi transparente y añadimos los tomates. Dejamos sofreír unos cinco minutos con un tercio del vaso de vino blanco.

Cuando ya vemos que el pollo está casi hecho (Nota: es conveniente abrirlo un poco con un cuchillo para ver que la carne está bien hecha por dentro. Siempre, siempre se abre por la parte que luego irá justo encima del plato, para que el corte no se note cuando lo pongáis en la mesa para servirlo), echamos el sofrito por encima y el resto del vino y lo metemos de nuevo al horno durante otros diez o quince minutos. Removemos la salsa y la vamos echando por encima del pollo con una cuchara cada cinco minutos.

Cuando está ya acabado, se saca con cuidado del horno y se sirve bien caliente. Acompañado de un buen vino blanco o rosado está delicioso.


2. Historia.

El pollo se comenzó a domesticar en el valle del Indo, río de Asía meridional, hace aproximadamente cuatro mil quinientos años, desde donde pasó a Persia (actual Irán) a través de los intercambios comerciales.

Durante la Edad Media su consumo disminuyó, ya que preferían las pulardas, capones y gallinas, para volver a reaparecer hacia el siglo XVI (Nota: ver explicación sobre estos tipos de pollo más abajo en la sección "Variedades").


3. Curiosidades.

Existe una parodia de la conocida película “Parque Jurásico” que se llama “Pollo Jurásico”.

El pollo es la segunda fuente cárnica más consumida del mundo después de la carne de porcino.


4. Propiedades.

La carne de pollo es una de las que mayores beneficios aporta a nuestro organismo, ya que es rica en proteínas, vitaminas y minerales.

Contiene aminoácidos esenciales de fácil digestión y se caracteriza por un bajo aporte de grasas. Es por ello que se considera una carne magra.

Otro de sus grandes aportes son las vitaminas, entre las que predominan las del tipo B: la niacina o B3 transforma el alimento en vitamina, mientras la B6 o piridoxina favorece la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del cerebro. La vitamina B1 colabora en el correcto trabajo del sistema nervioso, del corazón y del cerebro y la B2 cuida de nuestro aspecto externo, principalmente, del pelo, las uñas y la piel. Además, esta carne contiene ácido fólico, imprescindible para evitar problemas durante el embarazo o enfermedades cardiovasculares.

El pollo es también fuente de minerales. El fósforo que nos aporta nos ayuda a mantener sanos los tejidos cerebrales y, al mismo tiempo, cuidar huesos y dientes. También obtenemos hierro, imprescindible para el sistema inmunológico. Por último, también contiene potasio.


5. Variedades.

Pollo es el nombre genérico que se le da al macho y a la hembra de la especie, sacrificada con una edad máxima de 5 semanas y con un peso que oscila entre 1 y 3 kilos. En función de su cría podemos distinguir entre:


Se cría de forma intensiva en granjas industriales. Engorda rápidamente con piensos hasta que alcanza 1 kilo. Su carne es blanquecina, más pálida que la del pollo de corral y su sabor menos intenso.


Se alimenta con grano, en espacios abiertos y sin recibir medicamentos. Su tiempo de engorde es superior al industrial, pero su carne, de color amarillento, es más firme, con menos grasa y de sabor más pronunciado.

Podemos realizar otra clasificación en función de la edad y el sexo del animal a la hora de ser sacrificado:

a) Pollo Picantón: es un pollito de menos de ½ kilo. Su carne resulta muy tierna. Es muy adecuado para preparse al grill o a la parrilla.

b) Pollo Tomatero o Coquelet: es un pollito de mayor tamaño que el picantón y muy apreciado en restauración. Pesa entre 500 y 900 gramos. Se puede cocinar de la misma forma que el picantón.

3. Capón:

Se trata de un macho castrado y sobrealimentado, de unos 3 kilos. Presenta mayor cantidad de grasa, por lo que su carne es también más sabrosa. Muy apropiado para fiestas navideñas.

4. Pularda:

Es una hembra castrada y sobrealimentada, de unos 8 meses de edad y unos dos kilos de peso. Su carne es tierna y firme, de color blanco y muy apreciada por su sabor.

5. Gallina:

Es la hembra adulta del pollo. Se suele utilizar para hacer caldos y guisos, ya que su carne es muy grasa y aromática.

6. Conservación.

Este plato aguanta par de días en el frigorífico.

Nunca he probado a congelarlo, aunque creo que sí se podría.


3 comentarios:

  1. Gracias por la idea, creo que intentare hacer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me salió genial! le añadí unos escamarlanes que justo había comprado online! Ahora compro todo por internet.. os recomiendo esta tienda de pescado fresco, primera calidad y en 24h en tu casa! http://bit.ly/ComerMarisco

      Eliminar
    2. ¿Probaste a hacerlo? ¿Qué tal te salió?

      Eliminar