viernes, 18 de noviembre de 2011

Pollo con tomates secos, está tan rico que casi muero...



Esta semana toca salado, después de los ricos crepes de hace dos semanas. Os traigo así un pollo muy fácil de hacer pero muy sabroso: pollo al horno con tomates secos.



 

1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos para dos personas como plato único son:

- dos cuartos traseros de pollo separados (Nota: si no sabéis exactamente cómo pedir la carne o el pescado cuando vais a comprar, un buen truco es decirle al carnicero/pescadero cómo lo vais a hacer y pedirle que os lo prepare).

- una cebolla.

- tres dientes de ajo.

- ocho tomates secos.

- un tomate.

- un vaso de vino blanco.

- una cucharadita de perejil seco.

- tres cucharadas de aceite de oliva.

- un pellizco de sal.

- un pellizco de pimienta.


¿Y cómo se hace?

Ponemos a precalentar el horno a 200º arriba y abajo sin aire.

Lavamos el pollo para quitarle restos de sangre y otras impurezas. Lo secamos bien.

Ponemos el aceite en un cuenco y pintamos el pollo ayudándonos con una brocha (Nota: se puede hacer también con los dedos o con un papel untado en aceite, lo importante es que quede mojado para que lo que le pongamos luego encima se quede pegado, pero sin que gotee aceite). Lo salpimentamos (Nota: es decir, le echamos sal y pimienta por todos lados, pero con cuidado de no pasarnos, simplemente que coja un poco de sabor).

Ponemos el pollo en una fuente de horno y lo dejamos hornear bajando la temperatura a 180º durante aproximadamente diez o quince minutos. Le vamos dando la vuelta cada cinco minutos aproximadamente.

Mientras el pollo se va haciendo, pelamos y picamos muy finito (que casi no se vea) un diente de ajo y lo mezclamos con el aceite sobrante y con el perejil. Si vemos que falta aceite, añadimos más cucharadita a cucharadita.

Pasados los diez o quince minutos, sacamos el pollo del horno sin apagarlo (Nota: pero cerrando la puerta, que si no pierde temperatura) y lo pintamos con la brocha por todos lados con la mezcla de aceite, ajo y perejil. Volvemos a meter el pollo en el horno durante otros diez o quince minutos. Le vamos dando la vuelta cada cinco minutos.

Mientras el pollo vuelve al horno, picamos muy finita la cebolla, otro diente de ajo y todos los tomates. Sofreímos el ajo hasta que esté doradito. Añadimos la cebolla hasta que esté blanda y casi transparente y añadimos los tomates. Dejamos sofreír unos cinco minutos con un tercio del vaso de vino blanco.

Cuando ya vemos que el pollo está casi hecho (Nota: es conveniente abrirlo un poco con un cuchillo para ver que la carne está bien hecha por dentro. Siempre, siempre se abre por la parte que luego irá justo encima del plato, para que el corte no se note cuando lo pongáis en la mesa para servirlo), echamos el sofrito por encima y el resto del vino y lo metemos de nuevo al horno durante otros diez o quince minutos. Removemos la salsa y la vamos echando por encima del pollo con una cuchara cada cinco minutos.

Cuando está ya acabado, se saca con cuidado del horno y se sirve bien caliente. Acompañado de un buen vino blanco o rosado está delicioso.


2. Historia.

El pollo se comenzó a domesticar en el valle del Indo, río de Asía meridional, hace aproximadamente cuatro mil quinientos años, desde donde pasó a Persia (actual Irán) a través de los intercambios comerciales.

Durante la Edad Media su consumo disminuyó, ya que preferían las pulardas, capones y gallinas, para volver a reaparecer hacia el siglo XVI (Nota: ver explicación sobre estos tipos de pollo más abajo en la sección "Variedades").


3. Curiosidades.

Existe una parodia de la conocida película “Parque Jurásico” que se llama “Pollo Jurásico”.

El pollo es la segunda fuente cárnica más consumida del mundo después de la carne de porcino.


4. Propiedades.

La carne de pollo es una de las que mayores beneficios aporta a nuestro organismo, ya que es rica en proteínas, vitaminas y minerales.

Contiene aminoácidos esenciales de fácil digestión y se caracteriza por un bajo aporte de grasas. Es por ello que se considera una carne magra.

Otro de sus grandes aportes son las vitaminas, entre las que predominan las del tipo B: la niacina o B3 transforma el alimento en vitamina, mientras la B6 o piridoxina favorece la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del cerebro. La vitamina B1 colabora en el correcto trabajo del sistema nervioso, del corazón y del cerebro y la B2 cuida de nuestro aspecto externo, principalmente, del pelo, las uñas y la piel. Además, esta carne contiene ácido fólico, imprescindible para evitar problemas durante el embarazo o enfermedades cardiovasculares.

El pollo es también fuente de minerales. El fósforo que nos aporta nos ayuda a mantener sanos los tejidos cerebrales y, al mismo tiempo, cuidar huesos y dientes. También obtenemos hierro, imprescindible para el sistema inmunológico. Por último, también contiene potasio.


5. Variedades.

Pollo es el nombre genérico que se le da al macho y a la hembra de la especie, sacrificada con una edad máxima de 5 semanas y con un peso que oscila entre 1 y 3 kilos. En función de su cría podemos distinguir entre:


Se cría de forma intensiva en granjas industriales. Engorda rápidamente con piensos hasta que alcanza 1 kilo. Su carne es blanquecina, más pálida que la del pollo de corral y su sabor menos intenso.


Se alimenta con grano, en espacios abiertos y sin recibir medicamentos. Su tiempo de engorde es superior al industrial, pero su carne, de color amarillento, es más firme, con menos grasa y de sabor más pronunciado.

Podemos realizar otra clasificación en función de la edad y el sexo del animal a la hora de ser sacrificado:

a) Pollo Picantón: es un pollito de menos de ½ kilo. Su carne resulta muy tierna. Es muy adecuado para preparse al grill o a la parrilla.

b) Pollo Tomatero o Coquelet: es un pollito de mayor tamaño que el picantón y muy apreciado en restauración. Pesa entre 500 y 900 gramos. Se puede cocinar de la misma forma que el picantón.

3. Capón:

Se trata de un macho castrado y sobrealimentado, de unos 3 kilos. Presenta mayor cantidad de grasa, por lo que su carne es también más sabrosa. Muy apropiado para fiestas navideñas.

4. Pularda:

Es una hembra castrada y sobrealimentada, de unos 8 meses de edad y unos dos kilos de peso. Su carne es tierna y firme, de color blanco y muy apreciada por su sabor.

5. Gallina:

Es la hembra adulta del pollo. Se suele utilizar para hacer caldos y guisos, ya que su carne es muy grasa y aromática.

6. Conservación.

Este plato aguanta par de días en el frigorífico.

Nunca he probado a congelarlo, aunque creo que sí se podría.


viernes, 4 de noviembre de 2011

Crepes dulces o saladas, para el desayuno o la merienda cocinadas



Esta semana mi intención era poneros la receta de los buñuelos, dulce típico español del Día de Todos los Santos, pero no conseguí que me salieran bien, así que tendré que seguir practicando para poderos dar la mejor receta posible. Mientras tanto, espero que sepáis perdonarme con esta receta, que igual puede hacerse dulce que salada: crepes.




1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos para hacer entre cuatro y ocho crepes (depende de lo gorditas que las hagáis) son:

- 100 g. de harina.

- 2 huevos.

- medio litro de leche.

- 25 g. de mantequilla.

- un pellizco de sal.

- mantequilla para dorar los crepes.

- el relleno escogido para las crepes (tenéis algunas sugerencias más abajo).


¿Y cómo se hace?

Se ponen en un vaso de batidora la harina, los huevos, la leche, la mantequilla y la sal. Batimos hasta que tengamos una masa líquida sin grumos. A veces queda como espuma encima, pero no deben quedar trozos de mantequilla.

Se unta la sartén en la que vamos a hacer los crepes con una pizca de mantequilla para evitar que se pegue la masa. Se pone a fuego suave o, si tenéis prisa, a fuego medio. (Nota: no ponerlo nunca a fuego fuerte, porque se quemará por fuera y la masa se quedará cruda por dentro).

Se echa la masa poco a poco del centro a los lados hasta cubrir la sartén con una capa de masa del grosor elegido (Nota: si echáis mucha masa en los lados, se quedarán los crepes con un reborde exterior que os dificultará el poder darles la vuelta). Dependiendo de cuánta masa echéis, os quedarán unos crepes más finos o más gordos, depende de lo que os apetezca ese día. Para unos crepes normales, no muy gordos, hechos en una sartén mediana, debéis echar dos cucharones de sopa, aproximadamente (Nota: el tamaño y grosor de vuestros crepes dependerá no sólo de cuánta masa echéis, sino también del diámetro de vuestra sartén. Tened siempre en cuenta que cuando más grande sea la sartén, más grandes serán los crepes y, por lo tanto, más complicado será poder darles la vuelta).

Se van levantando los bordes de los crepes de vez en cuando para ir viendo si se van dorando o no. Una vez vemos que están realmente doraditos por la parte que está en la sartén, se les da la vuelta con una espátula, teniendo cuidado de que no se doblen (Nota: si sois muy habilosos, podéis darles también la vuelta lanzándolos al aire y volteando la sartén, pero el método de la espátula es ciertamente más seguro y va a evitar que acabéis con la cocina llena de masa para crepes).

Se dejan dorar también por el otro lado y se sacan de la sartén.

Y ya sólo queda que pongáis el acompañamiento. Lo bueno de esta receta es que combina igual con dulce que con salado.

Si os decidís por un acompañamiento dulce, mis sugerencias serían:

- con azúcar morena y zumo de limón.

- con sirope del sabor que más os guste.

- con mermelada de vuestro sabor favorito.

- con nata y chocolate.

- con chocolate y nueces.

- con dulce de leche.

- con yogur y frambuesas/fresas.

- con nutella y plátano en rodajas.

Si os apetece más algo salado, optaría por:

- jamón serrano.

- queso del tipo que más os guste.

- tiras de pollo con mostaza antigua y salsa alioli.

- cebollita caramelizada y queso de rulo de cabra.

- revuelto de gulas y gambas.

- salsa cremosa de champiñones/seta y bacon.

- ricotta, piñones tostados y miel (Nota: ésta es un poco más cara, porque los piñones andan a un precio en España…).

- salmón ahumado, eneldo y queso de untar.


2. Historia.

El origen de este plato se sitúa en la época del Imperio Romano. La palabra crepe viene del latin “cripus” que significa crespo u ondulado.

Posteriormente reaparecen en Francia en el siglo XIV, donde eran comida de pescadores y campesinos, que las usaban para acompañar sus platos habituales.


3. Curiosidades.

Durante el martes de Carnaval y la fiesta de la Candelaria, toda Francia se divierte comiendo crepes.

En Inglaterra se celebra el Día de los Panqueques (otro nombre con el que se conoce a los crepes) el último martes antes de empezar la cuaresma.

El chef Paul Dedroog, originario de la ciudad de Sint-Katelijne-Waver en Bélgica batió el récord formando una torre solamente con crepes que alcanzó los 77 cm. de altura con un total de 203 crepes. En ella se utilizaron un total de 24 kilogramos de masa y los crepes fueron unidos uno con otro con algunos aderezos como miel y mermelada.


4. Conservación.

Este plato aguanta un día en el frigorífico, pero está mucho mejor recién hecho y calentito. Lo que sí aguanta varios días en el frigorífico es la masa, por si hacéis de más.

No se puede congelar.


viernes, 28 de octubre de 2011

Rica rica la berenjena, mucho más si la hacemos rellena




Esta semana de nuevo nos toca una receta salada y sabrosa, fácil de hacer y con ingredientes que casi siempre tiene uno en su cocina: berenjenas rellenas de setas y bacon.



1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos por persona son:

- una berenjena mediana.

- 150 g. de setas.

- 75 g. de bacon en tiras.

- medio diente de ajo.

- media cebolla.

- 50 g. de queso feta/queso de cabra.

- tres cucharadas soperas de aceite de oliva.

- un pellizco de sal.

- un pellizco de pimienta.

- hierbas provenzales al gusto.

- un chorrito de vino blanco.

- queso rallado para gratinar al gusto.


¿Y cómo se hace?


Primero cortamos la berenjena en dos partes a lo largo. Echamos un poco de sal en la carne de la berenjena y las ponemos boca abajo en un colador durante 20 minutos (Nota: esto reduce el amargor de la berenjena y hace que esté más sabrosa cuando se asa). Pasado ese tiempo, las lavamos bien con abundante agua fría.

Precalentamos el horno arriba y abajo sin aire a 200º.

Colocamos las berenjenas con la carne para arriba en una bandeja de horno y las salpimentamos (es decir, echamos un pellizco de sal y pimienta por encima de cada mitad). Echamos dos tercios del aceite por encima de las berenjenas salpimentadas y lo metemos al horno a 180º arriba y abajo sin aire durante aproximadamente una hora, teniendo cuidado de darles la vuelta varias veces durante ese tiempo (Nota: ya sabéis lo que siempre os digo, aprovecho para recordároslo esta vez: cada horno es un mundo, así que los tiempos y temperaturas siempre son orientativos. Las primeras veces que hagáis una receta siempre debéis estar muy pendientes para que no se os queme y para no sacar las cosas antes de que estén hechas). Las berenjenas estarán hechas cuando al pincharlas con un tenedor estén completamente blandas.

Mientras las berenjenas se asan, vamos a ir haciendo el relleno. Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finos. Picamos igualmente la cebolla y las setas.

En una sartén echamos la última cucharada de aceite y sofreímos ligeramente el ajo a fuego medio, hasta que esté doradito. Echamos la cebolla y la cocinamos hasta que esté blanda y dorada. Incorporamos las setas y, una vez están hechas, añadimos el vino blanco y dejamos que el líquido se reduzca a la mitad. Echamos el bacon y removemos durante cinco minutos a fuego vivo. Si las berenjenas aún no están asadas del todo, retiramos del fuego y reservamos para luego.

Cuando las berenjenas están listas, las sacamos del horno y las dejamos enfriar durante cinco minutos. Las vaciamos con ayuda de una cuchara teniendo mucho cuidado de no romper la piel, que será lo que luego rellenemos con el sofrito que hemos preparado.

Cortamos en trozos la carne de la berenjena y la incorporamos a la sartén en la que teníamos la mezcla de setas y bacon. Añadimos pimienta y hierbas provenzales al gusto y freímos a fuego medio durante cinco minutos, removiendo de vez en cuando (Nota: de esta manera, la carne de las berenjenas se impregna de los sabores de las setas y el bacon y se consigue un sabor uniforme).

Una vez acabado el sofrito, se rellena con él las pieles de las berenjenas y se colocan en la bandeja de horno (Nota: dado que estamos añadiendo muchos ingredientes, nos va a sobrar parte del relleno, que se puede guardar para acompañar una pasta o una carne o pescado).

Se coge el queso feta o queso de cabra, se parte en dados pequeños y se esconden estos dados en el interior del relleno de la berenjena hundiéndolos con el dedo o con una cuchara (Nota: este tipo de quesos no se derriten mucho, por lo que, una vez hechas las berenjenas, se encuentran los trozos de queso entre el relleno mientras se comen, sorprendiendo a los comensales y dando un toque un poco más fuerte al plato).

Se espolvorea queso rallado por encima de las berenjenas así preparadas a gusto de cada uno (Nota: yo echo muchísimo queso y utilizo una mezcla de cuatro quesos para gratinar).

Se meten en el horno a 180º arriba y abajo sin aire y se dejan unos diez minutos. Después se cambia a grill y se dejan cinco minutos más.

Y ya están listas para servir y, sobre todo ¡¡para disfrutar!!


2. Historia.

La mayoría de los botánicos cree que las antiguas civilizaciones del sureste de Asia fueron las primeras en cultivar y mejorar gradualmente las berenjenas para su consumo. Los datos más antiguos que se conocen la establecen en el estado de Assam (al noreste de la India), Myanmar y en China.

Los chinos ya la cultivaban en el siglo V a.C. En Europa no se conoció hasta la Edad Media, después de que los árabes la introdujeron en la Península Ibérica. Posteriormente, se extendió a otros países.


3. Curiosidades.

Cuando florece, la berenjena se convierte en un arbusto ornamental, cubierto de magníficas flores de un azul violáceo.

Tanto médicos como botánicos la consideraron culpable de fiebres y crisis epilépticas de sus pacientes, hasta el extremo de que era conocida como Solanum insanum, es decir, insana, inapropiada para el consumo y causante de locura.

Hasta el siglo XIX no aparece en los libros de cocina y sólo se mantenía como recurso de las cocinas meridionales italiana, griega o andaluza.

El nombre en inglés de esta verdura es "eggplant" (planta de huevo). Se le puso este nombre porque los frutos de las primeras plantas que llegaron al norte de Europa y de América parecían pequeños huevos blancos.

En China, como parte de su "dote matrimonial", se solía pedir a las mujeres que cocinaran al menos 12 recetas de berenjena antes de su boda.

En Turquía, se dice que el "imam bayeldi", un delicioso plato de berenjena rellena cocinada a fuego lento en aceite de oliva, hizo que un líder religioso se desmayara en éxtasis.

Las berenjenas silvestres son muy amargas, casi incomibles, pero mucho más resistentes a las plagas y enfermedades que afectan más comúnmente a las variedades domesticadas.

De la producción mundial de berenjena, Asia cultiva el 78% y Turquía el 19%, la producción más alta de la Unión Europea. Los mayores productores mundiales de berenjena son China e India.

La berenjena y el tabaco pertenecen a la misma familia de plantas.

Es una planta que requiere de 10 a 12 horas de luz.

El agua es un 92% de su composición.

Las berenjenas contienen unas sustancias como las aminas (serotonina y tiramina) que a algunas personas sensibles les puede provocar reacciones alérgicas y dolores de cabeza.

En la Edad Media era considerada afrodisíaca, especialmente condimentada con jengibre. Actualmente, sin embargo, en la isla de Bali, los hombres no se le acercan, creyendo que causa un efecto contrario.

Cuentan las historias orientales que la mujer que supiera preparar las berenjenas de mil maneras distintas sería la digna esposa de un sultán. Si sólo tuviera cincuenta recetas se casaría con un emir y si tan sólo las cocinara de diez formas conseguiría un marido pobre y sin prestigio (Nota: yo no creo que sea capaz ni de llegar a las diez, así que voy a tener que cocinar mucho para mejorar mi suerte…).

Las mujeres de la aristocracia China empleaban antiguamente la cáscara de berenjena en la confección de un tinte que usaban para pintarse los dientes con objeto de resaltar su belleza.

Es útil en cosmética, ya que con ella es posible preparar una eficaz mascarilla nutritiva y un buen dentífrico.

Los judíos la consumen durante la fiesta de "Purim" o fiesta del destino.

En la antigua India se usaba la berenjena en la medicina herborista, más concretamente para el tratamiento de la diabetes.

En Tailandia las berenjenas son de un metro de longitud del tipo llamado "serphentum" por su aspecto de serpiente y la planta necesita enrollarse sobre oportunos soportes.


4. Propiedades.

La berenjena contiene vitaminas (E, A, C, B1, B2, ácido fólico), minerales (hierro, calcio, fósforo, magnesio y potasio).

Ciertos flavonoides (pigmentos de la piel) de la berenjena tienen propiedades antioxidantes, por lo que se recomienda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer.

El fruto contiene asimismo estatinas que se emplean para el tratamiento de las dislipemias (problemas con las grasas) como la hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y otras. Ayuda a reducir el colesterol y a prevenir la arteriosclerosis.

La berenjena es rica en potasio. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además también está implicado en el equilibrio del agua dentro y fuera de la célula. Cien gramos de berenjena cubren el 12 % de las necesidades diarias de este mineral.

A los componentes responsables de su sabor amargo se le atribuyen propiedades colagogas, es decir, que estimulan el buen funcionamiento del hígado y facilita el vaciamiento de la vesícula biliar, de manera que favorece la digestión de las grasas. Por ello, la berenjena es muy apropiada para aquellas personas que padecen trastornos digestivos.

La pasta del fruto machacado se utiliza como bálsamo aplicado a la piel quemada por el sol.

Además, calma los dolores reumáticos. Para ello, se deja este fruto machacado en agua en reposo un día completo y después se toma esta agua como agua de uso.

Son convenientes en las personas estreñidas, al contener celulosa, excita el peristaltismo intestinal.

Mejora la circulación sanguínea, sirve de desengrasante y no permite que los ácidos grasos saturados se depositen en las arterias.

También reduce los niveles de glicemia, lo cual es beneficioso para los diabéticos.

Es muy buena para el insomnio y actúa contra la embriaguez, para lo que se aconseja tomarlo en caldo o infusiones.



5. Variedades.

La berenjena pertenece a la familia de las Solanáceas, que incluye alrededor de 75 géneros y unas 2.300 especies de plantas productoras de alcaloides tóxicos, entre las que se incluye la belladona, la mandrágora o el beleño.

Del genero Solanum se conocen tres subespecies: esculentum, donde se incluyen la mayoría de las especies cultivadas; insanum de numero reducido de especies cultivadas y ovigerum de interés ornamental.

Normalmente su clasificación se hace atendiendo a la forma de las mismas, entre estas cabe incluir:

- esféricas: fruto redondeado, de color morado oscuro, brillante y uniforme con una pulpa verde con vacíos. El peso medio por unidad va de 230-260 gramos. Por ejemplo, la de Almagro.

- globosas: forma esférica, de piel brillante y morada oscura y pulpa verde. El peso medio va de 250-290 gramos. Por ejemplo, la violeta de Nueva York.

- alargadas: alargadas, de piel brillante y morada oscura y pulpa verde. Peso medio de 160-180 gramos. Por ejemplo, la larga negra, larga morada, violeta de Barbentane o la croisette.

- jaspeadas: fruto ovalado o redondo, de piel blanca jaspeada de morado a verde y pulpa prácticamente blanca. Con un peso medio de 200 gramos. Por ejemplo, la jaspeada de Gandía, la mission bell, la belleza negra, la blacknite, la bonica o la florida market.

En España, existe una variedad autóctona de berenjena con denominación de origen, la "Berenjena de Almagro", que se cultiva en la Comarca de Calatrava, en Ciudad Real.



6. Conservación.

Este plato aguanta un par de días en el frigorífico.

No se puede congelar, aunque sí se puede congelar el relleno si nos sobra y vemos que no lo vamos a usar en los dos días siguientes.


NOTA FINAL: Si sois vegetarianos, podéis sustituir el bacon por trocitos de tomate cherry.

 


martes, 18 de octubre de 2011

¿No sabes que desayunar? Estas galletas de chocolate has de probar...



Hoy llegamos con una receta muy, muy dulce, sólo apta para los más golosos: galletas de chocolate.





Con los siguientes ingredientes salen unas 18 galletas grandecitas (tamaño Starbucks, para que os hagáis una idea):

- 225 g. de harina.

- 150 g. de chocolate.

- 100 g. de mantequilla.

- 1 huevo.

- 75 g. de azúcar blanca.

- 100 g. de azúcar morena.

- un pellizco de sal.

- 1 cucharadita de postre de azúcar vainillada.

- medio sobre de levadura.


¿Y cómo se hace?


Mezclamos la mantequilla con el azúcar blanca y la morena (Nota: la mantequilla tiene que estar blanda para que se pueda mezclar bien, así que conviene haberla sacado del frigorífico al menos quince minutos antes).

Agregamos a la mezcla anterior el huevo, el azúcar vainillada y la sal. Removemos y mezclamos muy bien.

Añadimos la levadura y el chocolate cortado en trocitos muy pequeños (Nota: hay marcas de chocolates que hacen gotas de chocolate, lo que es muy útil en esta receta, porque nos evita tener que cortar todo el chocolate en trozos tan pequeños). Sólo se añaden los trozos, no las virutas de chocolate que han ido quedando al cortarlo con el cuchillo (Nota: si incluís esas virutas, se mezclaran con la masa y os quedará como manchada. está buena, pero no hace buen efecto).

Vamos añadiendo la harina tamizada y vamos mezclando hasta tener una masa homogénea (Nota: para tamizar la harina, tan sólo hace falta echarla a través de un colador).

Colocamos la masa sobre un papel film transparente dándole forma de cilindro, la envolvemos y la metemos en la nevera durante al menos dos horas (Nota: puede estar más horas, lo importante es que la masa esté más bien dura cuando la saquéis del frigorífico).

Precalentamos el horno a 180º arriba y abajo sin aire y preparamos una bandeja de horno en la que ponemos en la base papel vegetal.

Con la ayuda de un cuchillo vamos cortando rodajas de la masa y les vamos dando la forma de galletas con las manos, haciendo bolitas y aplastándolas sobre el papel de horno hasta dejarlas planas. Vamos colocando las galletas separadas (Nota: si las colocáis muy juntas, como cogen un poco de volumen al hornearse, se pegarán y se romperán al separarlas).

Horneamos durante aproximadamente 10 minutos. Ésta es la parte complicada de esta receta. Las galletas se tienen que sacar del horno cuando todavía están blandas, porque se van endureciendo en la primera hora fuera del horno. Por eso, el momento para sacarlas es cuando el borde de la galleta empieza a coger color doradito. Sacarlas sin romperlas puede ser bastante difícil. Yo uso una espátula de metal bastante grande que meto por debajo de la galleta y otra espátula de madera más pequeña con la que me ayudo para acabar de sacarlas.


2. Historia.

la galleta es considerada uno de los primeros alimentos cocinados. Se han encontrado galletas de más de seis mil años cuidadosamente envueltas en yacimientos en Suiza.

Las galletas aparecen tal y como las conocemos en la Edad Antigua. En aquella época eran eran muy sencillas y apenas admitían variedad. Eran obleas planas y duras, cocidas dos veces. En Roma, durante el S.III el chef Apicius las llamó Bis Coctum (origen de la palabra biscuit). Prácticamente todas las grandes culturas de la antigüedad (Persa, Asiria, Egipcia, Judía, Griega, Romana y otras procedientes del Lejano Oriente) utilizaron estos cereales cocidos para afrontar largas caminatas y combates, siendo un alimento habitual de militares y marineros. Se amasaba el cereal con agua, mojándolo cada poco tiempo, y luego se preparaban las tortas redondas que, puestas sobre una piedra plana y cubiertas de ceniza para que se secaran, eran la base de la alimentación de los soldados y sus familias. Solían tomarse mojadas en vino o sopa.

En la Edad Media se generalizó el cultivo de cereales, aumentó la población y el consumo de galletas se extendió rápidamente, convirtiéndose así en un alimento popular, especialmente entre campesinos y cruzados. Se les añadía huevo y el jugo de la carne para hacerlas más nutritivas, por lo que también ocuparon un lugar preferente en las bodegas de los navíos. Llegaron a sustituir al pan en travesías largas, gracias a su mejor conservación y facilidad de transporte.

Durante el Renacimiento, los Médicis introdujeron por primera vez en la Corte las galletas, presentándolas como algo sabroso para acompañar a una bebida caliente (se acababa de descubrir el chocolate). Es en esta época cuando la galleta pasa de ser un alimento básico, habitual en largas travesías, a uno de placer.


3. Curiosidades.

las galletas eran el principal alimento a bordo de las tres carabelas que descubrieron América en 1492.

La palabra “galleta” se tomó prestada de un alimento habitual en Francia en el S.XIII, una especie de crêpe plana llamada galette.


En Europa, nada más acabar la II Guerra Mundial, se popularizaron las galletas recubiertas de chocolate, representando así la llegada de la paz.

Las galletas de la región Iga, lugar de origen de los ninja en Japón, llevan el espirítu de fortaleza ninja, porque en efecto, estas galletas Ninja Katayaki, son bastantes duras y lo son tanto, que necesitas un mazo de madera para partirlas.

En una encuesta y conteo de datos la mitad de los británicos han sufrido de alguna quemadura o lesión por sopear sus galletas en el café durante el descanso de media mañana. La galleta más “dañina” es la “Custard Cream Biscuit”.


4. Conservación.

Como mejor están es el día que se han hecho o al día siguiente, porque a partir del segundo día se ponen bastante duras. No obstante, aguantan bien cuatro o cinco días, aunque los últimos no se pueden comer si no se mojan en leche. La mejor manera de conservarlas es en una lata cerrada.

martes, 4 de octubre de 2011

Una merlucita, en cocina o en terracita...





Una receta muy, muy sana y rica, rica: merluza a la griega.






1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos para dos personas:


- dos lomos de merluza (Nota: se puede sustituir la merluza por otros pescados, como la raya).

- medio kilo de tomates.

- 2 cebollas.

- zumo de un limón.

- 4 dientes de ajo.

- 32 aceitunas negras.

- 250 g. de champiñones.

- media taza de vino blanco.

- tres cucharadas soperas de aceite de oliva.

- dos cucharadas de perejil picado (Nota: puede ser fresco o seco).

- dos hojas de laurel.

- romero.

- tomillo.

- pimienta negra.

- sal.


¿Y cómo se hace?


Salpimentamos las rodajas de pescado y las freímos en una sartén con el aceite muy caliente durante 10 segundos por cada lado. Las reservamos aparte.

Picamos finamente la cebolla y los dientes de ajos, troceamos los tomates y los champiñones y picamos el perejil si es fresco.

En el mismo aceite donde hemos frito los filetes, sofreímos la cebolla y el ajo a fuego medio hasta que la cebolla se ponga transparente y el ajo dorado. Añadimos los champiñones y los tomates y seguimos cocinando hasta que estén hechos.

Precalentamos el horno a 220º.

Agregamos, en la sartén donde estamos friendo el resto de ingredientes, el zumo de un limón con el perejil picado, las hojas de laurel y una pizca de romero y tomillo. Salpimentamos el conjunto y lo dejamos cocer unos diez minutos a fuego lento.

Añadimos el vino blanco y lo dejamos cociéndose a fuego lento hasta que el vino se reduzca a la mitad.

Colocamos los filetes de merluza en una bandeja para el horno y los cubrimos con la salsa. Se hornea durante unos diez o quince minutos a 180º arriba y abajo.

Se saca el pescado del horno, se pican las aceitunas negras y se echan por encima.

Y listo para servir...¡¡y sobre todo para disfrutar!!


2. Propiedades.


La merluza es un pescado blanco con un contenido graso y calórico bajo. Aporta en torno a 65 calorías y menos de 2 gramos de grasa por 100 gramos de porción comestible.

Destaca su contenido en vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B9, B12), que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas). El aporte adecuado de estas vitaminas es esencial porque intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético o el funcionamiento del sistema nervioso, entre otros.

En cuanto a los minerales, la merluza posee potasio, fósforo y magnesio, si bien todos ellos están presentes en cantidades medias si se comparan con las contenidas en la mayor parte de los pescados. El potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso y la actividad muscular e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El fósforo está presente en huesos y dientes, interviene en el sistema nervioso y la actividad muscular y participa en procesos de obtención de energía. El magnesio, por su parte, se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos. Además forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

La merluza es una carne rica en ácidos omega 3 y 6, lo que la convierte en ideal para reducir el colesterol en sangre.


3. Variedades.


Existen varias clases de merluza:

- Merluza europea común (Merluccius Merluccius): es esbelta, alcanza 1,2 metros de largo, tiene el hocico largo y puntiagudo y su carne es exquisita.

- Merluza plateada o de Boston (Merluccius bilinearis): es una variedad de gran importancia económica y de un tamaño inferior al resto. Su carne es muy apreciada y más o menos compacta en función de la estación del año y de la profundidad a la que se encuentre. Vive entre cabo Cod, Massachusetts (EEUU) y cabo Sable, Nueva Escocia (Canadá). Se comercializa fresca y congelada.

- Merluza del Pacífico (Merluccius productus): se pesca tanto en su forma larvaria como en su forma adulta, en las costas de Baja California (México) y de California (EEUU).

- Pescada (Merluccius gayi): constituye otra especie de gran importancia económica. Se captura en Chile, donde se conoce como "pescada".

- Merluza de Nueva Zelanda o austral (Merluccius australis): es de color gris acerado y se captura en aguas del Sur de África y Nueva Zelanda. Se comercializa fresca y sin cabeza.

- Merluza de El Cabo (Merluccius capensis y Merluccius paradoxus): engloba dos especies semejantes que habitan en aguas del Sur de África y Namibia. Presentan un color plateado con tonos marrones en el lomo y claros en el vientre. Se comercializan enteras o en lomos, frescas y congeladas.

- Merluza Argentina (Merluccius hubbsi): es una especie de color plateado con tonos dorados en el lomo. Se comercializa congelada.

- Merluza negra (Merluccius senegalensis y Merluccius polli): engloba a dos especies similares que poseen un color negro en el lomo y los laterales. Son de pequeño tamaño y se capturan en las costas de África. Se comercializan en el sur de España y su precio es relativamente bajo debido a que su calidad es inferior a la de otras especies.

Existen otras especies denominadas merluzas que no pertenecen al mismo género ni a la misma familia, pero cuya importancia comercial es notable en el mercado de los productos congelados. Entre otras, destacan la merluza de cola larga (Macruronus novaezelandiae), la merluza azul (Antimora rostrata) y la merluza chilena (Genypterus blacodes).


4. Conservación.

Este plato aguanta dos días en el frigorífico, aunque es conveniente comerlo en el día o al día siguiente.

No se congela bien.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Para el verano bien acabar, crema fría de melón has de tomar




Mis queridos cocinillas, aquí estamos de nuevo.

Tras un merecido descanso vacacional, regresamos este año con más recetas que nunca y con ganas de meternos en los fogones con vosotros.

Para empezar este nuevo "año escolar", aquí os dejamos una receta de verano, ahora que todavía estamos a tiempo de hacerla: crema fría de melón. Una receta rica, refrescante y muy socorrida.





1. Receta.


Nota previa: Aunque esta receta se puede hacer perfectamente con una batidora normal, es mucho más cómodo hacerla en una batidora americana o batidora de vaso.


Los ingredientes que necesitamos para entre seis y ocho cuencos para un primer plato son:

- tres cuartos de melón (Nota: el cuarto que sobra para completar el melón se puede usar luego para decorar la crema).

- 50 g. de almendras crudas (Nota: yo suelo utilizarlas laminadas, porque a la batidora le cuesta menos triturarlas hasta el punto que necesitamos).

- dos rebanadas de pan de molde sin corteza (Nota: yo en general utilizo pan de molde integral, aunque vale cualquiera de los normales que no llevan nada. Si lleva semillas o tomate y aceitunas o algo así, se modifica el sabor, así que tened cuidado de usar panes simples).

- dos dientes de ajo.

- medio litro de caldo de pollo.

- medio litro de agua.

- una cucharada sopera de vinagre blanco.

- una cucharada sopera de aceite de oliva.

- un pellizco de sal.

- un pellizco de pimienta (Nota: ojo con la pimienta, porque si echáis mucha, dado que el sabor se potencia con el tiempo de reposo, sabrá sólo a pimienta).


¿Y cómo se hace?


Primero cortamos el melón, quitando corteza y pepitas. Una vez cortado, lo introducimos en la batidora americana y batimos (Nota: Es mejor ir metiendo los trozos poco a poco, porque en general a la batidora le cuesta batir todo ese melón al mismo tiempo).

Pelamos los dientes de ajo pero los dejamos enteros. Quitamos la corteza a las rebanadas de pan de molde y las partimos en trozos pequeños.

Metemos en la batidora de vaso los ajos, el pan de molde y las almendras y volvemos a batir hasta que se deshagan.

Añadimos el caldo de pollo y el agua y volvemos a batir (Nota: es posible que, al añadir todo ese líquido, haya que batir en dos veces, todo dependerá de la capacidad de vuestra batidora).

Incorporamos el aceite, el vinagre, la pimienta y la sal y volvemos a batir, continuando hasta que la sopa fría quede sin grumos.

Metemos la crema en la nevera y la dejamos enfriar, puesto que hay que servirla muy, muy fría.

Antes de servirla, se puede decorar de varias maneras:

- añadiendo unos croutons.

- añadiendo unos taquitos de jamón serrano o de jamón de pato.

- utilizando el cuarto de melón que completaría el melón entero para hacer bolitas de melón.

- con una rama de menta.

- con almendras fileteadas tostadas.

Nota: cualquiera de estas decoraciones se añaden justo antes de servir, nunca recién hecha la crema.


2. Historia.


Existen dos teorías acerca del origen del melón. Mientras que algunos expertos sostienen que es originario de Asia meridional, otros atribuyen al continente africano su nacimiento.

El melón se introdujo en España a través de las rutas comerciales que llegaban al puerto de Cartago Nova (actual Cartagena) en los siglos de dominación romana de la Península Ibérica (del III a.C. al IV d.C.). Los manuales de horticultura escritos en este periodo muestran como los romanos dominaban el cultivo de melones, al igual que describen como lo servían con almizcle, acentuando así su dulzor.

También los musulmanes conocían sus propiedades, llegando incluso a afirmar que 'el que sacie su estómago con melones se llenará de luz'.

Durante la Edad Media el melón fue introduciéndose en Europa, concretamente en Francia, donde la corte los consumía acompañados de vino moscatel.

Ya en la Edad Moderna, Cristóbal Colón introduciría el melón en América, aunque en los siglos XV y XVI su tamaño era algo menor que en la actualidad.


3. Curiosidades.


Existen representaciones de esta fruta en tumbas egipcias de hace 4.400 años.

Durante la última quincena de julio se celebran en el municipio de Torre Pacheco (España) las Fiestas del Melón, que tienen a esta fruta como producto estrella en la mayor parte de sus actos.

En el Festival del Cante Flamenco de Lo Ferro (España), su premio más importante se denomina Melón de Oro.

Hasta hace una década aproximadamente, España era el país que mayor número de toneladas de melones exportaba mundialmente, seguida de Estados Unidos. Actualmente Estados Unidos y China se han puesto en la cabeza de esta lista.

El término melonero se utiliza para designar a los habitantes de la localidad de Villaconejos (España), debido a la fama mundial de la que disfrutan en cuanto al cultivo y la venta del melón. En dicha localidad también se encuentra el Museo del Melón, descendiente del antiguo Museo del Melonero ubicado en la misma población.

El municipio de Melón está situado al sur de la comarca de O Ribeiro (España), perfectamente comunicado por la A-52 con las ciudades de Ourense y Vigo.

El melón ocupa el cuarto lugar entre las frutas consumidas en todo el mundo, por detrás de las naranjas, los plátanos y las uvas.


4. Propiedades.

Este fruto es diurético, estomacal, eupéptico, demulcente, nutritivo. Sus semillas y raíces tienen efecto emético.

Una ración de 100 g. de melón proporciona más de la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C. Su contenido en beta carotenos, que se convierten en vitamina A, ambos antioxidantes, hace que sea un eficaz aliado contra el cáncer y los padecimientos cardíacos.

Es excelente depurativo y rehidratante, debido a su alto contenido en agua.

Aporta muchos carbohidratos, como sacarosa, pero por su bajo contenido en energía resulta ideal para perder peso.

Calcio, magnesio, potasio y fósforo son otras de sus virtudes para el organismo.


5. Variedades.


Se distinguen varios tipos, con múltiples variedades dentro de cada tipo, que difieren en su aspecto, sus propiedades y su modo de cultivo. Los tipos más cultivados son los de melón charentais, cantalupo, cantalupo italiano, western shipper, eartern shipper, amarillo, piel de sapo, honey dew, tendral, ananas, galia, crenshaw, earl japonés.

Existe también una clasificación botánica del melón con las siguientes variedades:

1. Cucumis melo’ var. ‘sacharinus:

Los frutos son de tamaño medio, de corteza lisa, reticulada o moteada, color verde intenso primero y después anaranjado; la corteza es gruesa y la pulpa aromática.

a) ‘Marina

Híbrido de origen español. Melón de forma redondeada, superficie algo acostillada, corteza más bien delgada, de color verde oscuro con punteado claro. Pulpa blanca, algo aromático y sabor dulce.

b) ‘Biga

Híbrido de origen español. Melón de forma abultada, ligeramente elíptica, superficie lisa, color de fondo verde oscuro y punteado claro, con escriturado aunque no muy abundante. Pulpa blanca, de buena consistencia y sabor dulce, corteza de grosor medio-fino y cavidad central regular.

c) ‘Galia

De origen israelí. Melón de forma redondeada, corteza de color verde que pasa a amarillo en madurez y que presenta un reticulado fino. Pulpa blanco verdosa de consistencia mantecosa. El peso es de 0,7-1,3kg. Algunas variedades son de pulpa blanca.

d) ‘Bola de Oro

Variedad española. Melones de tamaño mediano, un peso entre 1-1,7 kg. Forma redondeada o ligeramente oval abultada y superficie lisa. Corteza de color amarillo intenso cuando está maduro, fina y cavidad central mediana. Pulpa de color blanco anaranjado, blanda y jugosa, de sabor dulce agradable. Es apreciado en el mercado español.


Variedad española. Fruto mediano, de 1,5-2kg. Forma alargada, elíptico, corteza de grosor medio (más que la variedad Bola de Oro), con superficie ligeramente asurcada, de color verde medio, con un leve punteado más claro. Pulpa de color crema, sabor muy dulce y una cavidad central grande.


Son sinónimos los nombres de ‘Tendral Tardío de Elche’ y ‘Tendral Valenciano Tardío’. Frutos de buen tamaño, del orden de 2 a 2,5kg o algo más. Forma algo alargada en conjunto pero corta y abultada, por lo que resulta entre alargado y redondeado. Corteza bastante rugosa, asurcada y sin escriturado, de color verde muy oscuro, dura y muy gruesa. La pulpa es verde claro y muy dulce, de gran calidad.


2. Cucumis melo’ var. ‘inodorus:


Son los conocidos como ‘melones de invierno’ y ‘casaba’. Los frutos son de piel lisa o estriada, de madurez tardía y buena aptitud para la conservación. Melón de forma oval o redondeada. Cáscara amarilla o naranja, adquiere un tono verde cerca del tallo. Pulpa blanquecina cremosa, aunque menos aromática que la de otros melones.

a) ‘Crenshaw

Los melones de esta variedad pueden alcanzar hasta 4kg. La forma es peculiar siendo redondeado en el extremo y tiende a formar una punta hacia la inserción con el pedúnculo. La corteza amarilla o amarillo verdosa y manchada cuando madura, es relativamente lisa, sólo tiene unos surcos superficiales. La pulpa es de color rosado a naranja pálido, de textura suave, jugosa, dulce y con aroma delicado.


Variedad norteamericana. Se consideran sinónimas las denominaciones Honey Dew, Guernsey Conqueror, Tom Dew, Westlandia Sugar y Wstlanse Suiker. Tamaño medio, de unos 20cm. de diámetro y que alcanza un peso de 2 a 2,5kg. o algo más. Melón redondeado, de cáscara lisa y consistente, de color verde pálido o amarillo crema una vez maduro. Pulpa verde y muy dulce.

3. Cucumis melo’ var. ‘reticulatus:

La corteza es reticulada. Son de tamaño medio, forma redondeada o alargada, peso entre 1 y 3kg.

a) ‘Verde Oloroso Escriturado

Variedad española. Fruto reticulado con marcado aroma. Tamaño más bien pequeño, de 0,5 a 1kg. Forma prácticamente esférica, superficie típicamente escriturada, con una disposición reticulada que tiene cierto relieve. Color de fondo de la corteza verde y escriturado blanquecino. Piel delgada y blanda. Pulpa no muy compacta, acuosa, color crema, sabor dulce y cavidad central mediana.

4. Cucumis melo’ var. ‘cantalupensis:

Melones ‘cantaloups’. Los frutos son globosos o deprimidos. Piel verrugosa, listada o acostillada. Su peso está entre 0,5 y 1kg. De origen americano. Es el más producido en el mundo. Melones de forma esférica. Pulpa de color salmón y aromática.

a) ‘Athos

Híbrido de origen francés que corresponde al tipo Charentais. Peso alrededor de los 0,800kg.

b) ‘Vedrantais

Selección bastante precoz de Charentais, también de origen francés. De color algo más oscuro y con la superficie ligeramente escriturada.

c) ‘De Bellegarde

Se cultiva desde antiguo en Francia. Frutos de tamaño mediano, forma esférica, con los surcos bastante marcados y por tanto apreciándose bien los gajos característicos. Color de la corteza verde pálido con manchas oscuras, que en la madurez se convierte en un fondo blanquecino con las manchas amarillentas; en la zona del asurcado es de color verde más oscuro formando una veta estrecha. Corteza dura y fina. Pulpa anaranjada, aromática y de sabor dulzón.

d) ‘Ogen

Variedad originaria de Israel. Pertenece al tipo Cantalupo. Frutos pequeños, de 0,500 a 1,200kg. generalmente. Forma redonda, superficie lisa y asurcado, aunque las costillas no son muy marcadas. Color verde antes de la madurez, volviéndose amarillento una vez maduro, la corteza es fina y la cavidad pequeña. Pulpa de color verde claro y de aroma medio.

e) ‘Haon

Híbrido de origen israelí. Fruto de 0,600 a 2kg. Forma redonda, superficie lisa o de rugosidad débil, algo escriturada, con surcos o acanalado profundo y ancho. En la madurez es de color amarillo. Corteza fina y color de la pulpa verde claro, con una cavidad central media o pequeña.


Otras variedades de melón:

1. ‘Melón Charentais:

De origen francés.

a) ‘Charentais de piel lisa

Melones de forma redondeada, en algunos casos un poco achatados y de peso entre 0,8 y 1,3kg. Corteza de color verde claro o ligeramente gris, asurcado con suturas de color verde oscuro. Pulpa asalmonada y bastante aromática, sobre todo en madurez.

b) ‘Charentais de piel reticulada

Melones redondos o semiovalados, corteza reticulada más o menos gruesa y también dividida por suturas verde oscuras. Pulpa de color salmón y bastante olorosos. Estos melones son muy apreciados en el mercado italiano. Los tamaños comerciales son: los más antiguos de 2-3kg. y las nuevas variedades alrededor de 1kg.


2. ‘Melones de larga duración’:

Alto contenido en azúcar, mayor tiempo de conservación (mínimo 12 días a temperatura ambiente) y excelente calidad de pulpa. Se adaptan bien al transporte, ya que su piel es menos susceptible a daños. Se puede hablar de ‘marcas’ de melón larga vida de calidad reconocida y demandada por los mercados extranjeros, que agrupan la producción de varias empresas de origen para vender en destino. Existen cuatro marcas de calidad de melones de larga conservación, promovidas por la empresa ‘Nunhems semillas’: ‘Novanum’, ‘Solarnum’, ‘Geanum’ y ‘Lunanum’.


6. Conservación.


La crema fría de melón aguanta un par de días en el frigorífico. Tenéis que tener en cuenta que el sabor del melón se intensifica con cada día que pasa en la nevera, por lo que a veces esta sopa está mejor incluso el día después de hacerla que recién hecha.

Se puede congelar.


martes, 28 de junio de 2011

¿Nos sobran cosas de otra receta? Un buen arroz siempre las acepta



Hoy os traemos una receta inventada con unas sobras que me quedaron de una salsa de pimientos de piquillo que os pondré otro día: arroz con pimientos de piquillo y ventresca.








1. Receta.


Nota previa: el arroz podéis hacerlo igual en paellera que en sartén. Lo importante es que sea una superficie ancha en la que el calor se distribuya por igual, ya que si no os quedará parte del arroz duro y otra parte pegada o demasiado hecha.


Los ingredientes que necesitamos para dos personas como plato único son:

- tres cuartos o un vaso de arroz.

- dos vasos y medio o tres de agua: tened en cuenta que en el mercado hay muchos tipos de arroz y no todos cuecen igual, así que habrá que ir probando nuestro plato para ver si hay que añadir agua a la cocción. Esta medida es para arroz blanco de grano largo.

- una cebolla pequeña.

- dos dientes de ajo.

- una lata de pimientos de piquillo de unos 250 g. También podéis comprar unos diez pimientos de piquillo y asarlos vosotros mismos para usarlos en esta receta.

- una lata de ventresca de unos 150 g. Si podéis comprarla mejor en la pescadería, os saldrá mucho más rico el plato.

- mezcla de especias marroquíes: la cantidad irá en función de cómo os guste la comida de picante. Se puede sustituir también por una mezcla de hierbas provenzales y pimentón picante (Nota: ojo con el pimentón picante, especialmente si es de Vera, hay que echar muy poca cantidad si no queréis que pique demasiado). Yo ahora mismo estoy usando una mezcla de especias marroquíes que compré en Granada cuando estuve con mis amigas de danza del vientre (¡chicas, me acuerdo de vosotras cada vez que cocino con ellas! En especial de Rosa, nuestra estupenda anfitriona de ese viaje).

- dos cucharadas soperas de aceite de oliva para freír los ingredientes.

- una hoja de laurel.


¿Y cómo se hace?


Primero picamos el ajo y la cebolla muy finitos. Calentamos el aceite y sofreímos el ajo a fuego medio hasta que está doradito. Añadimos la cebolla y la vamos dorando hasta que esté blandita.

Picamos los pimientos de piquillo en trozos medianos y desmigamos la ventresca una vez quitado el aceite de la lata. Lo añadimos al sofrito de ajo y cebolla y seguimos removiendo durante cinco minutos.

Antes de añadir el arroz, lo lavamos bien hasta que el agua salga limpia. Esto se hace para eliminar el almidón y evitar que el arroz luego nos quede pastoso.

Añadimos el arroz y removemos unas cuantas veces para que se impregne del sabor del resto de ingredientes. Añadimos las especias y el laurel y removemos para que se mezcle todo bien.

Añadimos el agua y lo dejamos hasta que ésta se evapore y el arroz esté blandito y suave. Tened en cuenta que hay que remover de vez en cuando para evitar que se pegue el arroz al fondo del recipiente. (Nota: Si os gusta que quede un poco caldosito, podéis retirarlo antes de que acabe de evaporarse todo el agua, pero entonces habrá que añadir medio vaso al menos para evitar que el arroz se quede crudo).

Finalmente, se retira la hoja de laurel y se sirve bien caliente. Acompañado de una copa de vino blanco está delicioso.


2. Curiosidades.


Se han hallado granos de arroz que datan de casi 10.000 años de antigüedad y hay escritos chinos que hacen mención a este cereal 3.000 años a.C.

Considerado símbolo de vida, fertilidad y prosperidad, ha estado presente en numerosos ritos de diversas culturas.

Es alimento habitual en la dieta de más de dos terceras partes de la población mundial. El arroz representa el 27% del consumo de energía de la gente y el 20% de sus proteínas diarias.

Los científicos creen que existen 140.000 variedades de arroz cultivado, pero nadie conoce el número exacto.

El arroz y sus productos derivados se utilizan para hacer paja y cuerdas, papel, vino, galletas secas, cerveza, cosméticos, material de embalaje e incluso pasta de dientes.

El arroz silvestre o salvaje en realidad no es un tipo de arroz, sino la semilla de una planta acuática llamada "avena de agua" o "arroz indio", que crece silvestremente en los suelos pantanosos de América del Norte. Su sabor es avellanado y su textura muy crujiente, es más fino que el arroz de grano largo y tiene un color oscuro. Requiere mayor tiempo de cocción que los otros arroces.


3. Variedades.


La mayor parte de las variedades de arroz procede de dos especies salvajes, una asiática (Oriza sativa) que apareció originariamente en los montes del Himalaya y otra africana (Oriza glaberrima), procedente del delta del río Níger.

Atendiendo al tamaño del grano, el arroz puede ser de grano largo, medio y corto o redondo.

El de grano largo mide más de seis milímetros, es ligero y muy seco y queda suelto al refrescarlo, por eso se utiliza sobre todo para las ensaladas. Tiene menos almidón que otras variedades. Dentro de esta variedad estarían el Basmati, el arroz de Tailandia, el Ferranini de Italia y el Bond americano. En España se cultiva el Urumati, una variedad aromática de grano largo, muy utilizada para elaborar platos orientales.

El de grano medio mide entre cinco y seis milímetros y presenta una apariencia más corta e inflada que el arroz de grano largo. Su sabor es más suave y tiene una textura más tierna. Entre los arroces de grano medio cabe destacar el Arborio.

El arroz de grano corto o redondo recibe este nombre porque es casi tan largo como ancho. Los arroces españoles Júcar, Bahía o Bomba se encuentran en el grupo de grano corto.

Otra variedad de grano corto es el arroz glutinoso, que contiene un alto porcentaje de almidón y cuyos granos quedan pegados tras la cocción. Se emplea con frecuencia para preparar risottos.

En cuanto a las variedades, las principales son: el arroz blanco, el arroz integral, el arroz parboiled o vaporizado, el arroz rojo y el arroz negro.

El arroz blanco es de grano alargado y se le ha retirado la cáscara y el afrechillo. Es el que más se produce en España. Cuando se cocina, los granos tienden a permanecer separados.

El arroz integral conserva el pericarpio (una de las cubiertas que tiene el grano de cereal) y ello le hace más nutritivo, a la vez que le da un cierto sabor dulce y el típico color dorado. Tiene una aportación de fibra superior a otras variedades y al comerlo se mastica ligeramente.

El arroz parboiled o vaporizado es parecido al integral, ya que tiene el mismo valor nutritivo y un parecido color dorado que se vuelve blanco al cocerlo. Antes de su comercialización es sometido a un proceso especial que hace que no se pase ni se pegue (se lo somete a un remojo en agua templada y luego una cocción con vapor, proceso en que se elimina el almidón del grano) y aunque tarda más tiempo en cocerse, es un producto muy nutritivo y los granos siempre quedan sueltos.

El arroz rojo, de procedencia asiática, recibe este nombre porque los granos tienen una capa de afrecho rojo. Suele crecer en suelos poco fértiles y zonas de montaña y en su mayor parte se muele hasta obtener harina blanca para cocinar.

El arroz negro es también asiático y muy rico en vitamina B y oligoelementos. Esta variedad, que se cultiva en China, Bali y Tailandia, se caracteriza por una delgada capa de afrecho negro que encierra un grano blanco.


4. Conservación.


El arroz aguanta un par de días en el frigorífico. Podría aguantar incluso más, pero pasados dos días se empieza a poner duro y el plato pierde mucho.

No se puede congelar.