Esta semana de nuevo nos toca una receta salada y sabrosa, fácil de hacer y con ingredientes que casi siempre tiene uno en su cocina: berenjenas rellenas de setas y bacon.
1. Receta.
Los ingredientes que necesitamos por persona son:
- una berenjena mediana.
- 150 g. de setas.
- 75 g. de bacon en tiras.
- medio diente de ajo.
- media cebolla.
- 50 g. de queso feta/queso de cabra.
- tres cucharadas soperas de aceite de oliva.
- un pellizco de sal.
- un pellizco de pimienta.
- hierbas provenzales al gusto.
- un chorrito de vino blanco.
- queso rallado para gratinar al gusto.
¿Y cómo se hace?
Primero cortamos la berenjena en dos partes a lo largo. Echamos un poco de sal en la carne de la berenjena y las ponemos boca abajo en un colador durante 20 minutos (Nota: esto reduce el amargor de la berenjena y hace que esté más sabrosa cuando se asa). Pasado ese tiempo, las lavamos bien con abundante agua fría.
Precalentamos el horno arriba y abajo sin aire a 200º.
Colocamos las berenjenas con la carne para arriba en una bandeja de horno y las salpimentamos (es decir, echamos un pellizco de sal y pimienta por encima de cada mitad). Echamos dos tercios del aceite por encima de las berenjenas salpimentadas y lo metemos al horno a 180º arriba y abajo sin aire durante aproximadamente una hora, teniendo cuidado de darles la vuelta varias veces durante ese tiempo (Nota: ya sabéis lo que siempre os digo, aprovecho para recordároslo esta vez: cada horno es un mundo, así que los tiempos y temperaturas siempre son orientativos. Las primeras veces que hagáis una receta siempre debéis estar muy pendientes para que no se os queme y para no sacar las cosas antes de que estén hechas). Las berenjenas estarán hechas cuando al pincharlas con un tenedor estén completamente blandas.
Mientras las berenjenas se asan, vamos a ir haciendo el relleno. Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finos. Picamos igualmente la cebolla y las setas.
En una sartén echamos la última cucharada de aceite y sofreímos ligeramente el ajo a fuego medio, hasta que esté doradito. Echamos la cebolla y la cocinamos hasta que esté blanda y dorada. Incorporamos las setas y, una vez están hechas, añadimos el vino blanco y dejamos que el líquido se reduzca a la mitad. Echamos el bacon y removemos durante cinco minutos a fuego vivo. Si las berenjenas aún no están asadas del todo, retiramos del fuego y reservamos para luego.
Cuando las berenjenas están listas, las sacamos del horno y las dejamos enfriar durante cinco minutos. Las vaciamos con ayuda de una cuchara teniendo mucho cuidado de no romper la piel, que será lo que luego rellenemos con el sofrito que hemos preparado.
Cortamos en trozos la carne de la berenjena y la incorporamos a la sartén en la que teníamos la mezcla de setas y bacon. Añadimos pimienta y hierbas provenzales al gusto y freímos a fuego medio durante cinco minutos, removiendo de vez en cuando (Nota: de esta manera, la carne de las berenjenas se impregna de los sabores de las setas y el bacon y se consigue un sabor uniforme).
Una vez acabado el sofrito, se rellena con él las pieles de las berenjenas y se colocan en la bandeja de horno (Nota: dado que estamos añadiendo muchos ingredientes, nos va a sobrar parte del relleno, que se puede guardar para acompañar una pasta o una carne o pescado).
Se coge el queso feta o queso de cabra, se parte en dados pequeños y se esconden estos dados en el interior del relleno de la berenjena hundiéndolos con el dedo o con una cuchara (Nota: este tipo de quesos no se derriten mucho, por lo que, una vez hechas las berenjenas, se encuentran los trozos de queso entre el relleno mientras se comen, sorprendiendo a los comensales y dando un toque un poco más fuerte al plato).
Se espolvorea queso rallado por encima de las berenjenas así preparadas a gusto de cada uno (Nota: yo echo muchísimo queso y utilizo una mezcla de cuatro quesos para gratinar).
Se meten en el horno a 180º arriba y abajo sin aire y se dejan unos diez minutos. Después se cambia a grill y se dejan cinco minutos más.
Y ya están listas para servir y, sobre todo ¡¡para disfrutar!!
2. Historia.
La mayoría de los botánicos cree que las antiguas civilizaciones del sureste de Asia fueron las primeras en cultivar y mejorar gradualmente las berenjenas para su consumo. Los datos más antiguos que se conocen la establecen en el estado de Assam (al noreste de la India), Myanmar y en China.
Los chinos ya la cultivaban en el siglo V a.C. En Europa no se conoció hasta la Edad Media, después de que los árabes la introdujeron en la Península Ibérica. Posteriormente, se extendió a otros países.
3. Curiosidades.
Cuando florece, la berenjena se convierte en un arbusto ornamental, cubierto de magníficas flores de un azul violáceo.
Tanto médicos como botánicos la consideraron culpable de fiebres y crisis epilépticas de sus pacientes, hasta el extremo de que era conocida como Solanum insanum, es decir, insana, inapropiada para el consumo y causante de locura.
Hasta el siglo XIX no aparece en los libros de cocina y sólo se mantenía como recurso de las cocinas meridionales italiana, griega o andaluza.
El nombre en inglés de esta verdura es "eggplant" (planta de huevo). Se le puso este nombre porque los frutos de las primeras plantas que llegaron al norte de Europa y de América parecían pequeños huevos blancos.
En China, como parte de su "dote matrimonial", se solía pedir a las mujeres que cocinaran al menos 12 recetas de berenjena antes de su boda.
En Turquía, se dice que el "imam bayeldi", un delicioso plato de berenjena rellena cocinada a fuego lento en aceite de oliva, hizo que un líder religioso se desmayara en éxtasis.
Las berenjenas silvestres son muy amargas, casi incomibles, pero mucho más resistentes a las plagas y enfermedades que afectan más comúnmente a las variedades domesticadas.
De la producción mundial de berenjena, Asia cultiva el 78% y Turquía el 19%, la producción más alta de la Unión Europea. Los mayores productores mundiales de berenjena son China e India.
La berenjena y el tabaco pertenecen a la misma familia de plantas.
Es una planta que requiere de 10 a 12 horas de luz.
El agua es un 92% de su composición.
Las berenjenas contienen unas sustancias como las aminas (serotonina y tiramina) que a algunas personas sensibles les puede provocar reacciones alérgicas y dolores de cabeza.
En la Edad Media era considerada afrodisíaca, especialmente condimentada con jengibre. Actualmente, sin embargo, en la isla de Bali, los hombres no se le acercan, creyendo que causa un efecto contrario.
Cuentan las historias orientales que la mujer que supiera preparar las berenjenas de mil maneras distintas sería la digna esposa de un sultán. Si sólo tuviera cincuenta recetas se casaría con un emir y si tan sólo las cocinara de diez formas conseguiría un marido pobre y sin prestigio (Nota: yo no creo que sea capaz ni de llegar a las diez, así que voy a tener que cocinar mucho para mejorar mi suerte…).
Las mujeres de la aristocracia China empleaban antiguamente la cáscara de berenjena en la confección de un tinte que usaban para pintarse los dientes con objeto de resaltar su belleza.
Es útil en cosmética, ya que con ella es posible preparar una eficaz mascarilla nutritiva y un buen dentífrico.
Los judíos la consumen durante la fiesta de "Purim" o fiesta del destino.
En la antigua India se usaba la berenjena en la medicina herborista, más concretamente para el tratamiento de la diabetes.
En Tailandia las berenjenas son de un metro de longitud del tipo llamado "serphentum" por su aspecto de serpiente y la planta necesita enrollarse sobre oportunos soportes.
4. Propiedades.
La berenjena contiene vitaminas (E, A, C, B1, B2, ácido fólico), minerales (hierro, calcio, fósforo, magnesio y potasio).
Ciertos flavonoides (pigmentos de la piel) de la berenjena tienen propiedades antioxidantes, por lo que se recomienda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer.
El fruto contiene asimismo estatinas que se emplean para el tratamiento de las dislipemias (problemas con las grasas) como la hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y otras. Ayuda a reducir el colesterol y a prevenir la arteriosclerosis.
La berenjena es rica en potasio. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además también está implicado en el equilibrio del agua dentro y fuera de la célula. Cien gramos de berenjena cubren el 12 % de las necesidades diarias de este mineral.
A los componentes responsables de su sabor amargo se le atribuyen propiedades colagogas, es decir, que estimulan el buen funcionamiento del hígado y facilita el vaciamiento de la vesícula biliar, de manera que favorece la digestión de las grasas. Por ello, la berenjena es muy apropiada para aquellas personas que padecen trastornos digestivos.
La pasta del fruto machacado se utiliza como bálsamo aplicado a la piel quemada por el sol.
Además, calma los dolores reumáticos. Para ello, se deja este fruto machacado en agua en reposo un día completo y después se toma esta agua como agua de uso.
Son convenientes en las personas estreñidas, al contener celulosa, excita el peristaltismo intestinal.
Mejora la circulación sanguínea, sirve de desengrasante y no permite que los ácidos grasos saturados se depositen en las arterias.
También reduce los niveles de glicemia, lo cual es beneficioso para los diabéticos.
Es muy buena para el insomnio y actúa contra la embriaguez, para lo que se aconseja tomarlo en caldo o infusiones.
5. Variedades.
La berenjena pertenece a la familia de las Solanáceas, que incluye alrededor de 75 géneros y unas 2.300 especies de plantas productoras de alcaloides tóxicos, entre las que se incluye la belladona, la mandrágora o el beleño.
Del genero Solanum se conocen tres subespecies: esculentum, donde se incluyen la mayoría de las especies cultivadas; insanum de numero reducido de especies cultivadas y ovigerum de interés ornamental.
Normalmente su clasificación se hace atendiendo a la forma de las mismas, entre estas cabe incluir:
- esféricas: fruto redondeado, de color morado oscuro, brillante y uniforme con una pulpa verde con vacíos. El peso medio por unidad va de 230-260 gramos. Por ejemplo, la de Almagro.
- globosas: forma esférica, de piel brillante y morada oscura y pulpa verde. El peso medio va de 250-290 gramos. Por ejemplo, la violeta de Nueva York.
- alargadas: alargadas, de piel brillante y morada oscura y pulpa verde. Peso medio de 160-180 gramos. Por ejemplo, la larga negra, larga morada, violeta de Barbentane o la croisette.
- jaspeadas: fruto ovalado o redondo, de piel blanca jaspeada de morado a verde y pulpa prácticamente blanca. Con un peso medio de 200 gramos. Por ejemplo, la jaspeada de Gandía, la mission bell, la belleza negra, la blacknite, la bonica o la florida market.
En España, existe una variedad autóctona de berenjena con denominación de origen, la "Berenjena de Almagro", que se cultiva en la Comarca de Calatrava, en Ciudad Real.
6. Conservación.
Este plato aguanta un par de días en el frigorífico.
No se puede congelar, aunque sí se puede congelar el relleno si nos sobra y vemos que no lo vamos a usar en los dos días siguientes.
NOTA FINAL: Si sois vegetarianos, podéis sustituir el bacon por trocitos de tomate cherry.
Yo hago algo parecido a esto con calabacines, pero como soy muy bruto intentaba sacar el calabacín antes de pasarlo por el horno. La próxima vez probaré esto.
ResponderEliminarYo para el relleno del calabacín uso paté (puesto de base en la piel del calabación) y luego pollo, pimiento verde, cebolla y bacon, y claro, el propio calabacín que hemos quitado de la piel.
Rico rico... un día probadlo, que yo voy a probar esta. :)
Uy, Julen, suena delicioso...Voy a ver si pruebo a hacer esta variación tuya. Entiendo que la mezcla de alimentos es en sofrito, ¿no? Se te echaba de menos por aquí :o)
ResponderEliminarSi la mezcla de alimentos en sofrito. El paté untado en la "barquilla" del calabacín.
ResponderEliminarMe alegra que os acordárais todavía de mí... jejeje.
A ver si me animo y un día os envío alguno de mis experimentos culinarios.
Ya sabes que estaremos encantadas de publicarlo jejejejeje
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