martes, 13 de abril de 2010

Al rico bizcocho...desayunando o merendando


Como la única comida del día no es la comida o almuerzo, hoy vamos a hacer un bizcocho para el desayuno…o para la merienda…

Este bizcocho es muy sencillo y sale muy rico, ya veréis.


1. Receta.


Necesitáis un molde desmoldable de unos 40-50 cm. de diámetro.

Para ese molde, los ingredientes serían:

- Un yogur natural: se puede sustituir por yogures de otros sabores y eso le dará un sabor diferente al bizcocho. Si ponéis un yogur que no sea natural, eliminad el zumo de limón de esta receta. Mi prima lo hace con yogur de plátano y le queda muy rico.

- Tres vasitos de yogur de harina: si ponéis esta medida os quedará más esponjoso (o más seco, en opinión de algunos). Si lo queráis más apelmazado (o más jugoso según otros), lo único que tenéis que hacer es poner sólo dos vasitos de yogur de harina en vez de tres.

- Un sobre de levadura.

- Dos vasitos de yogur de azúcar: si el yogur natural que ponéis es azucarado, poned tan sólo un vasito-vasito y medio de azúcar, porque si no queda demasiado dulce de sabor.

- Un vasito de yogur de aceite: si el aceite es de oliva virgen extra, echad un poco menos de un vasito, porque si no queda demasiado fuerte de sabor. Lo ideal es que sea aceite de oliva 0,4º. Hay quien lo hace con aceite de girasol, pero yo prefiero el de oliva, manías de cada uno...(queda pendiente para uno de estos días poner una entrada sobre los distintos tipos de aceite de oliva y sus usos).

- Tres huevos: si sólo tenéis dos, también sale bueno.

- Tres cucharadas soperas de zumo de limón: hay quien pone dos cucharadas de zumo y algo de ralladura de limón o de naranja. Yo no pongo ralladura porque me resulta molesto encontrármela en el bizcocho. A veces cambio las cucharadas de zumo con un chorrito de zumo de limón concentrado. Si ponéis el yogur de otro sabor, no echéis el zumo de limón. Podéis echar ralladura o zumo de otros ingredientes (tipo naranja) o algún trozo de la fruta que sea el yogur (por ejemplo, fresa).


¿Y cómo se hace?


Ya veréis qué fácil.

Mientras preparamos el bizcocho, ponemos el horno a calentar arriba y abajo a 180º (sin turbo o ventilador).

Se ponen los huevos en un recipiente para batidora y se baten. Se añade el yogur y se vuelve a batir hasta que esté todo bien mezclado.

A continuación se pone el azúcar, la harina, la levadura, el limón y el aceite y se vuelve a batir. Tiene que quedar todo bien mezclado y que no queden grumos de harina ni en el recipiente ni en la propia batidora.

En este momento preparamos el molde. Ponemos papel de horno en la parte de abajo para ayudar después a desmoldar el bizcocho. Luego con los dedos untamos con un poco de mantequilla los bordes del molde. Se puede también enharinar los bordes para facilitar el desmoldaje, aunque no es necesario (si no habéis puesto un poco de harina lo único que hay que hacer es pasar un cuchillo entre el molde y el bizcocho una vez esté hecho antes de desmoldarlo).

Es importante que la masa dentro del molde no sobrepase los 2/3 de su altura, ya que si no se desbordará dentro del horno.

Por último, se mete al horno a 180º arriba y abajo (sin turbo ni ventilador) entre media hora y cuarenta y cinco minutos. Si le añadís fruta troceada a vuestro bizcocho, debéis dejarlo al menos quince minutos más en el horno, ya que este tipo de bizcochos tarda más en hacerse.

Recordad lo que comentamos siempre sobre el horno y las temperaturas y los tiempos: cada horno es un mundo y la primera vez que se hace una receta siempre hay que estar vigilando. Poco a poco uno se acostumbra al horno que le ha tocado en suerte y acaba sabiendo cuánto tiempo necesitan las recetas, pero la primera vez siempre es siempre una aventura.

Recordad que debéis dejar subir el bizcocho y que esté dorado por arriba antes de abrir el horno, porque si lo abrís antes de tiempo no subirá. El bizcocho debe subir por todos los lados igual, pero ligeramente abombado en el centro. Cuando penséis que ya está listo, para comprobarlo tan sólo hay que introducir un palillo o punta de cuchillo. Si sale limpio, vuestro bizcocho está listo para sacar, dejar enfriar y servir.

En total podéis haber empleado unos diez-quince minutos en batir más el tiempo que emplea vuestro horno en la cocción y el tiempo que tarda el bizcocho en enfriarse.


2. Historia.


La palabra bizcocho proviene del latín “bis coctus”, que significa “cocido dos veces”.

El bizcocho, aunque parezca increíble, ya se cocinaba en Egipto. Bueno, más que el bizcocho, un antecedente, del cual aparecen algunas representaciones en la tumba de Ramsés III en Tebas (siglo X a.C.).

La doble cocción del bizcocho (que hoy día ya no se hace) consiste en secarlos en el horno después de cocidos para conservarlos mejor. Con esto se podían conservar mucho tiempo, por lo que fueron ampliamente utilizados como alimento de soldados y navegantes.

La historia nos ha legado muchísimas recetas, muchas veces ligadas a algún evento o lugar. Sin salir de España, podemos enumerar un montón de tipos de bizcocho, como mantecadas, sobaos, bizcochos borrachos, colineta, maimón, rellenos de Bergara, soletillas, mojicones…y un largo etcétera.

Hay bizcochos que son patrimonio de la cocina de Occidente: magdalenas, bizcocho enrollado (o brazo de gitano), plum cake o el clásico “cuatro cuartos” (4 huevos y su mismo peso de azúcar, mantequilla y harina). Este último fue llevado hasta Japón por los misioneros españoles en el siglo XVII.


3. Tipos y acompañamientos varios.


El bizcocho de nuestra receta es ideal para desayunar o para tomar café después de comer o a la hora de la merienda.

Si se va a servir como postre en una comida, se le puede poner algún tipo de cobertura, como chocolate o queso mascarpone con limón, o rellenarlo con alguna mermelada de fruta, con nata o crema o con chocolate.

Para hacer una cobertura de chocolate, debéis mezclar una tableta de chocolate de fundir con una lata pequeña de leche condensada y dos o tres cucharadas soperas de mantequilla. Se pone el chocolate a fundir al baño María y, cuando esté derretido, se añade la leche y la mantequilla sin dejar de remover hasta que esté todo bien mezclado. Si os queda muy espeso, podéis diluirlo con un poco de leche, cuidando que no queden grumos. Se echa sobre el bizcocho. Lo podéis servir así o esperar a que se enfríe el chocolate y meterlo una media hora en la nevera para que el chocolate esté crujiente, de ambos modos está buenísimo.

Para la cobertura de mascarpone necesitáis 250 g. de queso mascarpone, dos o tres cucharaditas de vainilla en polvo, dos cucharadas soperas de azúcar glass. Se puede añadir un chorrito de zumo de limón (unas dos cucharadas) o de lima (una cucharada) si queréis que tenga un ligero regustillo a limón. Se puede sustituir el azúcar glass y la vainilla por dos cucharadas soperas de azucar glass vainillada. Se baten todos los ingredientes y se extiende sobre el bizcocho con ayuda de una espátula. Es una cobertura ideal también para bizcochos de zanahoria. Si queréis decorarlo un poco, podéis repartir trozos de nueces por encima.

Para los rellenos, se puede utilizar la misma receta de la cobertura de chocolate o de marcarpone, o bien mermelada de distintos sabores (el que más os apetezca ese día) o nata montada o crema. Simplemente hay que cortar el bizcocho en horizontal en dos partes, poner el relleno elegido y colocar de nuevo la otra parte a modo de tapa. Si el relleno es de chocolate, habrá que dejarlo un poco más espeso para que no se escape por los bordes.

Podéis incluso mezclar rellenos y coberturas. Un relleno de mermelada de fresa o frambuesa con cobertura de chocolate es una delicia en uno de esos días que te sientes deseoso de dulce...(no, no es la famosa tarta Sacher, en la que el bizcocho es de chocolate, otro día pondremos también la receta de ésta, no os preocupéis).

Con la base del bizcocho sencillo que aquí os hemos presentado, existen numerosas variantes: bizcochada alemana (con miel, leche y licor), bizcocho de manzana (con manzanas y leche), de almendra (con almendra, naranja y ron), sableux y gioconda (ambos con almendra molida y mantequilla), ruso (con almendra en polvo y leche), franchipan (con mazapán), amarmolado (con mantequilla, leche, cacao y sal), de coco (con coco rallado y agua), plum cake (con mantequilla, frutas confitadas, pasas, ron, leche y vermouth)…

En próximas entradas pondremos algunas recetas de otros tipos de bizcochos y pasteles, como el pastel de calabaza.


4. Curiosidades.


En Uruguay, Argentina y Bolivia al bizcocho se le llama “bizcochuelo”, añadiéndole apellido en función del ingrediente extra que la masa tenga: bizcochuelo de vainilla, bizcochuelo de chocolate…


5. Conservación.


Si os sobra un poco, podéis guardarlo hasta una semana tapado con papel albal o film. Después de una semana ya empieza a estar demasiado correoso, aunque con lo bueno que está no creo que os dure tanto…

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