No, no es una broma. Esta es la primera lección. Hervir el agua es el primer método para aprender una de las reglas de oro en la cocina: la paciencia. Quizás, hervir agua sea lo primero que haga con la primera olla que compre (lávela antes, por favor). ¿Verdad que tarda más de lo que esperaba? Si se quedó al lado de la olla, esperando, sabe de lo que estamos hablando. Si no lo hizo, y no cree en lo que estoy diciendo, espere a la vez número 20. Esos minutos que tarda el agua en hacer burbujas, sin tener con quién hablar, ojalá sin televisor, se le van a hacer eternos. Además, si no espera compañía, es muy probable que el agua que está hirviendo vaya a ser para cocer el único plato que va a comer -muy seguramente será pasta-, y no va a tener mucho más que hacer en la cocina mientras tanto. ¿Verdad que estamos hablando el mismo idioma?
Como persona en solitario, ya habrá estado tentada a subsistir solo con pastas. Créame que si es así, ya pronto habrá llenado una buena cuota. Entre lo que tarda el agua en hervir, y haberse convertido en experto degustador de salsas enlatadas, va a llegar un punto en el que la pasta no va a ser la mejor opción. Sí, existe el hastío de pasta, por más sangre italiana que tenga (Montse: yo la tengo).
Pero hay que saber hervir agua. Hay algunas pocas reglas para hacerlo (créalo o no), y otros trucos para que las burbujas no tarden tanto. Así que vamos al punto.
¿Qué necesita?
Una olla más grande de lo que usted crea que es necesario. O una cafetera o tetera, según para lo que necesite el agua.
Agua fresca (en la cantidad que necesite). Si tiene que medirla, y como asumo que está comenzando a cocinar, hágalo con una taza de medir. Recuerde que tiene que desarrollar el ojo poco a poco. Pero recuerde que el agua se evapora… ponga un poco más.
Una cocina con un disco de un tamaño similar al de la olla.
¿Cómo se hace?
Hervir es un asunto de temperatura, pero aunque quiera ganar tiempo, lo ideal es que el agua que ponga a hervir esté fresca. Y esto tiene que ver un poco con razones de salud. En algunos lugares, las tuberías mantienen suciedad que se desprende con el agua caliente. En otros, el agua caliente se mantiene en contenedores o tuberías que quizás no estén muy limpios.
Tampoco llene la olla hasta arriba, pues lo que vaya a poner a hervir en el agua va a hacer subir el nivel (física básica que a más de uno se le olvida).
Para ganar tiempo, tape la olla pero deje un pequeño espacio para que salga el vapor. Póngala en la cocina a fuego fuerte. Y espere. Si va a cocinar algo salado, eche sal, pues se supone a que va a ayudar a que el agua hierva más rápido (aunque mi impaciencia nunca me ha permitido notar mayor diferencia).
El agua está hirviendo cuando hay burbujas grandes que salen desde el fondo. Las burbujitas chiquitas de los lados no cuentan: solo son burbujitas de aire.
Una cafetera eléctrica es una excelente inversión, y no muy costosa, y hace la vida de una soltera o expatriada más sencilla. Es muchísimo más rápida. Además ayuda a ahorrar energía (ayuda a la bolsa y al ambiente). Nada más ponga una buena cantidad de agua en la cafetera eléctrica y una vez que hierva la pasa a la olla. De todas formas, hay que dejarla un ratito más en la olla hasta que aparezcan esas burbujas grandes que queremos.
¿Qué hacer con el agua hirviendo?
No solo té y café… solo visite el pasillo de sopas y productos secos y verá que esta entrada de nuestro blog es ideal para desesperados. Pero déjenos darle unas sugerencias.
Tomar el té como un Lord inglés… y algún amigo nuestro
Por algunos sitios de Internet, dicen que uno de los secretos para preparar un buen té, además de la calidad de las hojas, es el agua. El oxígeno en el agua va a ayudar a resaltar el sabor del té. Por ello, habrá que evitar el agua embotellada, destilada, agua que ya ha sido hervida o que ha hervido por mucho rato. En otras palabras, no se complique mucho: agua fría del grifo funcionará o, si necesita filtrarla, hágalo con uno de esos recipientes que la filtran (no nos pagan nada por el comercial, pero en algunos lugares se consiguen por la marca Brita).
Ponga a hervir el agua. Si va a hacer un té negro o de hierbas, deje que el agua hierva por completo. Pero si va a hacer un té verde, trate de quitar el agua del fuego apenas antes de hervir o déjela descansar un poco luego de que hierva.
Vierta sobre el té. Si es té verde, espero de dos a tres minutos, si es té negro, de tres a cinco y para los tés de hierbas, más de cinco minutos. Listo.
Consomé o caldos para las recetas
Algunos libros de recetas presentan unas opciones complicadísimas para hacer caldo de pollo, res o vegetales. En efecto, si usted quiere ser un chef, comenzará la receta sin usar nada preparado o instantáneo. En ese caso, no estaría visitando este blog. La opción más sencilla para esas recetas que llevan caldos o consomés es un diluir uno de esos que vienen en cubitos en una o dos tazas de agua caliente. Advertencia: ¡cuidado con la sal! Los consomés deshidratados suelen ser muy salados y es muy probable que no necesite agregar más sal.
Café: el Grano de Oro
Ah… ese olorcito de la mañana para Montse, es el olorcito del café. Para Montse el sol no se ha levantado si no me he tomado mi tacita de café. En su tierra, Costa Rica, al café le llaman “el Grano de Oro”, y la historia del país está muy ligada al cultivo del café. Así que aquí van algunas ideas para hacer café.
- Para hacer café “chorreado”, de filtro, de coffee maker o americano, la medida del café suele ser una cucharadita de café molido por taza. Ahí puede ir probando si lo quiere más fuerte o no.
- ¿Quién dijo que el café tiene que tomarse caliente? Haga un café americano, pero ponga dos cucharaditas por taza, en lugar de una. O si tiene cafetera de espresso, haga un espresso. Si lo quiere dulce, póngale el azúcar cuando aún esté caliente (aunque la puede poner después). Déjelo enfriar. Agregue hielo, crema y revuelva. Es ideal para días calientes de verano.
- La abuela de Montse hacía un café que le llamaba “apagado”. Ponga el agua fría en una olla, y agregue el café. Póngalo a hervir, y una vez que hierva, páselo por el filtro.
- En España se hace un café muy popular llamado café bombón. Se necesita café y un bote pequeño de leche condensada. Se hace el café solo. En las tazas se echa la leche condensada hasta que cubra toda la parte inferior del recipiente hasta casi la mitad y luego se echa el café con cuidado de que no se mezclen. A veces se le echa también nata montada por encima.
- Otro café español muy conocido es el carajillo. Se trata de una combinación de café con bebida espirituosa, normalmente aguardiente de orujo, brandy o ron. Su origen se remonta a cuando las tropas españolas ocuparon Cuba, ya que combinaban café con ron para coger "corajillo", de coraje, y de ahí se pasó a carajillo. Avtualmente suelen beberla los trabajadores que tienen que trabajar al aire libre en invierno, para contrarestar las bajas temperaturas.
Y no se sorprenda... hay algunas recetas que solo necesitan que usted sepa hervir el agua
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