Hoy os traigo una receta súper fácil,
muy nutritiva y sin grasa: empanadillas al horno.
Mil gracias a Eva por la foto, tomada en nuestro curso de cocina del pasado viernes.
1.
Receta.
Los ingredientes que necesitamos para tres
personas son:
- 1 paquete de obleas para
empanadillas (también se puede hacer con masa de empanadillas argentinas, pero
entonces las empanadillas quedan mucho más grandes y bastan dos por cada
comensal).
Para un relleno de tomate, pesto
y mozarella:
- 1 tomate pequeño.
- 1 mozarella.
- 1 bote de salsa pesto (si os animáis a hacer vosotros el pesto, podéis usar la receta que nos dejó Montse para hacerlo hace un par de años).
Para un relleno de queso de cabra
y salmón marinado:
- queso de cabra.
- salmón marinado (se puede
sustituir por salmón ahumado).
¿Y cómo se hace?
Las obleas de empanadillas se
ponen secas en unos minutos, por lo que no deben sacarse del paquete todas al
mismo tiempo, sino irlas sacando conforme las vayamos rellenando.
Colocamos un papel de horno en la
bandeja del horno, que habremos sacado del mismo para preparar las empanadillas
sobre ella y luego meterlas directamente cuando el horno esté caliente. El
horno lo precalentamos a 180º arriba y abajo sin aire cinco minutos antes de
que vayamos a meter las empanadillas.
Para las empanadillas de tomate,
pesto y mozarella, primero picamos muy finito el tomate y la mozarella. Después
ponemos una cucharadita de café de salsa pesto en la mitad de la oblea. Sobre
la salsa, ponemos un poco de tomate y otro poco de mozarella. Cerramos las
empanadillas y sellamos los bordes con un tenedor.
Para las de de queso de cabra,
procedemos a poner un poco de queso de cabra y un trozo de loncha de salmón
marinado o ahumado encima del queso. Cerramos las empanadillas y las sellamos
con el tenedor.
Cuando ya tenemos todas
empanadillas colocadas en la bandeja del horno, las pintamos con yema de huevo con
la ayuda de una brocha para comida. Así estarán doraditas cuando las saquemos
del horno.
Se mete las empanadillas en el horno
y se dejan hornear entre diez y quince minutos, vigilando que estén doraditas
pero no se quemen.
Se sacan y ¡a comer bien
calentitas!
2.
Historia.
El origen de este bocado es difícil de precisar. Hacia el siglo XII se empleaba a modo de plato
un pan duro, sin fermento, sobre el que se echaba la comida y según se iba
empapando se substituía por otro y ese se tiraba a los perros o a los pobres.
3.
Variedades.
En Finlandia,
por la calle y en los mercados al aire libre, se puede comer un plato
tradicional: la empanadilla de Karelia, rellena de arroz o patatas.
En la India
son conocidas la samosa y el aloo pie, ambas fritas y rellenas de
carne finamente picada y muy especiada.
En Marruecos (quizás por influencia de la empanadilla) se tiene la popular pastela.
En Argentina, sobre todo en la región del norte, se suelen elaborar a base
de dulce de batata casero y bañadas en glasé.
4. Curiosidades.
El día 3 de octubre se celebra el
Día de la Empanadilla
en España.
5.
Conservación.
Se pueden comer en los siguientes
tres o cuatro días, siempre que se conserven en el frigorífico. Es mejor
calentarlas en el horno, porque en el microondas la pasta se pone gomosa.
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