jueves, 9 de agosto de 2012

Tortitas de calabacín con salsa de yogur para acompañar, para empezar a comer y no parar


 
Como he prometido por ahí por el Facebook, la receta de esta semana es bien ligera y apetitosa, ideal para estas noches de verano: tortitas de calabacín con salsa de yogur.



 


1. Receta.

Los ingredientes que necesitamos para dos personas con mucha hambre o tres de hambre normal son:

- 2 calabacines grandes.

- 1 huevo.

- 70 g. de harina.

- 30 g. de queso rallado (Nota: dependiendo del queso que uséis, el sabor será más o menos fuerte, cada uno que le añada el que más se ajuste a su gusto).

- 1 cucharadita de postre de levadura.

- Aceite de oliva virgen extra.

- Sal

Además, para la salsa necesitaremos:

- 2 yogures griegos.

- mostaza antigua al gusto (Nota: dependerá de cómo de suave o fuerte os guste la salsa. Yo suelo echarle el equivalente a dos cucharadas soperas).

- hierbas al gusto (Nota: yo suelo echarle tomillo, romero, orégano y albahaca, pero se pueden cambiar por otras que os agrade el sabor, es cuestión de probar distintas combinaciones hasta que deis con la ideal para vosotros).

Con estas cantidades sale bastante salsa, yo lo que suelo hacer es utilizar la que me sobra para al día siguiente hacer una ensalada de arroz con salsa de yogur, buenísima y muy fresquita para estas fechas de calor.


¿Y cómo se hace?

Lavamos bien los calabacines y los rallamos sobre un escurridor grande. Le echamos dos pellizcos de sal y los dejamos unos 20 minutos para que suelten el agua.

Mientras esperamos a que el calabacín rallado escurra el agua, podemos ir preparando la salsa de yogur. Tan sólo hay que mezclar bien todos los ingredientes en un bol con ayuda de una cuchara. Guardarla en la nevera hasta el momento de servirla.

En un bol grande batimos el huevo. Pasados los 20 minutos, aplastamos bien los calabacines rallados con las manos para que acaben de soltar toda el agua, los incorporamos al huevo y mezclamos .

En un bol aparte, mezclamos la levadura con la harina. Incorporamos la mezcla al bol con el calabacín y el huevo y mezclamos.

Incorporamos el queso rallado  y mezclamos.

Ponemos una sartén o plancha con un poco de aceite a fuego medio. Con una cuchara grande, cogemos la masa y vamos formando tortitas en la sartén ayudándonos de una espumadera para aplastarlas y de la propia cuchara para darles la forma redondita.. También se puede hacer con moldes de emplatar.

Dejamos que cojan consistencia y les damos la vuelta a las tortitas con una espumadera con cuidado de no romperlas.

Una vez doradas por ambos lados retiramos y dejamos sobre papel de cocina para que acabe de soltar el aceite que hayan podido coger.

Las servimos calientes con la salsa de yogur bien fría.


2. Historia.

No se sabe con seguridad si el calabacín proviene de Asia meridional o de América central. 

Existen pruebas de que ya era consumido por los egipcios y, más tarde, por griegos y romanos.

Los árabes extendieron su cultivo a las zonas mediterráneas, donde se convirtió en un alimento de consumo habitual en la Edad Media.

En las zonas del norte de Europa su consumo fue más tardío y no tuvo lugar hasta la II Guerra Mundial.

3. Curiosidades.

Además del fruto de la planta del calabacín, también se pueden consumir sus flores. Éstas pueden presentarse como acompañamiento de otros platos o constituir un plato por sí mismas. Se pueden preparar de formas muy diversas: cocidas, asadas, fritas o incluso rellenas.

A la hora de guardarlos en la nevera hay que procurar no colocarlos cerca de melocotones o melones, ya que podría propiciar la aparición de sabores amargos.

4. Propiedades.

El calabacín es un alimento de bajo aporte calórico, idóneo para incluir en la dieta de personas con exceso de peso.

En relación con su contenido vitamínico, destaca la presencia discreta de folatos, seguido de la vitamina C. También contiene vitaminas del grupo B como B1, B2 y B6, pero en menores cantidades. Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. La vitamina C tiene una acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro de los alimentos y aumentar la resistencia frente a las infecciones.

En cuanto a su contenido en minerales, el calabacín es una buena fuente de potasio, además de presentar pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y hierro. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Además, actúa en el equilibrio acuoso dentro y fuera de la célula. El magnesio juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El calabacín es una hortaliza que posee propiedades emolientes (suavizantes) sobre el aparato digestivo gracias a su contenido en mucílagos, un tipo de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo. Esta propiedad, unida al hecho de que resulta fácil de digerir y con un suave efecto laxante, le convierte en un alimento cuyo consumo se aconseja especialmente a aquellas personas con estómago delicado o problemas digestivos como gastritis o estreñimiento.

Son beneficiosos en caso de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales, en caso de retención de líquidos u oliguria (producción escasa de orina).

Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en las personas que tienen diabetes.

Por último, también, resulta muy recomendable en el caso de mujeres embarazadas. Dos calabacines de tamaño medio aportan una octava parte del ácido fólico que precisan al día a fin de prevenir importantes malformaciones en el feto.


5. Variedades.

Los calabacines pueden clasificarse en varios grupos en función de su color:

1. Calabacín tipo oscuro.
 
Su color es verde o negro y su forma cilíndrica. Incluye diferentes clases de calabacín:

a) Sofía: de color verde medio.

b) Samara: de color negro brillante.

2. Calabacín tipo claro.

Los frutos son de color gris o gris verdoso. Dentro de esta variedad también existen distintos tipos:
 
a) Grison: variedad de calabacín verde claro con puntos grises.

b) Clarita: variedad de color verde muy claro.


6. Conservación.

Estas tortitas aguantan tres días en el frigorífico, listas para simplemente calentarlas en el micro o el horno.

La salsa de yogur no recomiendo conservarla más allá del día siguiente al que la hagáis y siempre en la nevera.



2 comentarios:

  1. Hola Cris !!! Lo he hecho y me ha quedado muy bueno ! Las primeras tortitas me salieron fatal pero luego las empecé a hacer en una mini sarten, y esas fenomenal ! mil gracias por la receta!
    Por cierto, a la salsa de yogur le puse hierbabuena en vez de eneldo (no tenía) y me quedó bueno. Besitos !!! Ali

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  2. Hola, Ali :o) Me alegro mucho de que te haya gustado la receta. Ya te dije que era muy facilita y que estaba buenísima. La salsa de yogur la puedes usar para muchos platos más. Seguro que la que has hecho con menta va bien para una ensalada con mango o para acompañar a un pollo al curry :o)

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